TEMPORADA 2. La historia de Dominico Dixon.
Dominico Dixon se sienta en el asiento trasero de su coche blindado, y el cuero negro huele a dinero nuevo y a éxito inalcanzable.
Él observa cómo la ciudad se desliza a través del cristal oscuro y grueso de la ventanilla, una masa de luces de neón y de pobreza.
La ciudad entera parece ser un juguete caro que él puede controlar con un simple movimiento de su mano enguantada.
Tiene veinticuatro años, y su rostro joven es la mezcla perfecta de una frialdad calculada y de una belleza clásica y peligrosa.
Sus ojos, de un color avellana intenso, solo reflejan la luz dura y fría de las lámparas de la calle.
En esos ojos nunca se encuentra ni el calor, ni la duda, ni la más mínima chispa de un remordimiento real.
Su vida es una sinfonía perfectamente orquestada de lujo excesivo y de una influencia ilimitada y abrumadora.
Dominico cree con una convicción absoluta que él es la cima de la cadena alimenticia de la humanidad.
Nadie se atreve a interponerse en su camino, y mucho menos a cu