114. FIN. PARTE 2.
En otra parte de la ciudad, Alessio regresa finalmente a su casa, su rostro se ve exhausto y mucho más tranquilo.
Él estuvo vagando por las calles durante dos días, luchando con sus celos y la sombra oscura de su viejo yo.
Alessio necesita ver a Helena, necesita su calma para poder vencer la inseguridad que lo consume por completo.
Helena lo recibe en la puerta con un gran abrazo y un beso suave en los labios, mostrando su alivio por su regreso.
Ella ve que su lucha es real y que la ama de verdad, por eso está dispuesta a perdonarle su terrible ausencia reciente.
—Estuve pensando mucho, mi amor, y entendí que mis celos son un error, un fantasma de mi pasado oscuro —Alessio le dice con sinceridad.
—Nunca debí desconfiar de ti, Helena. Eres pura y transparente como el agua cristalina que tomo todos los días —él le dice con su corazón en la mano.
—Por favor, perdóname por mi terrible e hiriente reacción. Bloqueaste ese número, ¿verdad, mi amor? —él pregunta con una pequeña