91. EL ANUNCIO DEL SECUESTRO AL MUNDO.
Las noticias aún no salían aquella mañana en la ciudad. A pesar de ser temprano, un pequeño bar estaba abierto, Ana Bell se lo encontró por casualidad.
«Me vendría bien un trago» pensó después de los días, meses que ha pasado.
— ¿Qué te sirvo para comenzar tú día? —preguntó el barman.
— Una cerveza, por favor.
— Enseguida, preciosa.
El bar a pesar de ser temprano, se encontraba lleno de personas extrañas. Ana se dedicó a sentarse y tomar, sin darse cuenta de la presencia de Rosalie Hudson.
— ¡Les juro que se la llevaron pero no digan nada! —exclama Rosalie, quien apenas podía sostenerse de lo tomada que estaba— Es una pequeña zorrita, cómo pudo meterse con Dom estando con ese empresario?
Ana odiaba a Rosalie, Rosalie se había encargado el último año de humillarla en cada fiesta a la que Ana había asistido.
Aunque Ana había empezado aquella rivalidad, Ana se rindió cuando se dió cuenta que aún así no podía tener la atención de Alexander. Parecía no importarle lo