105. LA HUMILLACIÓN DE SONIA.
El salón de conferencias brillaba con una luz fría y profesional. Los cientos de asistentes eran mentes brillantes de la medicina mundial
Sonia Halls se sentía pequeña e insignificante junto a su esposo. Era la primera vez que asistía a la cumbre con Levi King.
Él era un astro en ese universo. Todos lo conocían, querían saludarlo o, al menos, tocarlo con la mirada.
Levi, alto y elegante con su traje oscuro, sonreía y estrechaba manos con facilidad. Parecía estar en su elemento natural.
Sonia intentaba mantenerse cerca, anclada a su brazo. Se sentía como un accesorio hermoso pero silencioso, sin otra función que adornar.
—Doctor King, es un honor tenerlo aquí —saludó un hombre de barba gris.
—Por favor, llámame, Levi. ¿Cómo te fue con la publicación en The Lancet? —respondió Levi, inclinándose con genuino interés.
Mientras hablaban de ensayos clínicos y moléculas complejas, Sonia se dedicó a asentir. No entendía ni la mitad de lo que decían.
De pronto, un murmullo recorr