El calor en el pecho de Derek subió como lava, como si una antorcha estuviera fundiendo los eslabones oxidados que protegían su corazón desde hace años.

—¿Por qué no puedo enamorarme de ti? —preguntó de golpe, con los dientes apretados. Su voz vibraba como un tambor contenido—. Entiendo que apenas nos conocemos, pero hay personas que se enamoran a primera vista…

—Puedes —replicó ella con una serenidad que lo desarmó—. Eres libre de hacerlo. Sin embargo, no voy a corresponderte. Derek… con lo poco que te conozco, considero que eres un hombre que merece ser correspondido. Pero yo no quiero volver a tener una relación. Al menos no ahora. Tal vez pasen años antes de que le dé una nueva oportunidad al amor.

Derek respiró hondo. Por dentro, quería rugir. Sacudirla y gritarle todo lo que llevaba atorado en el pecho para hacerla entender, pero por fuera… solo dijo: —Déjame enamorarme. Correré mi riesgo.

Scarlet negó con la cabeza, suave pero firme.

Justo en ese momento, las cortinas se abrier