Scarlet alternaba la mirada entre Derek… y sus propias manos, como si fueran más interesantes que él.
Derek, en cambio, permanecía en silencio, incómodo con los murmullos lejanos de enfermos, monitores y pasos de enfermeras que iban y venían a pocos metros.
Su ceño se frunció.
Aquella sala… le desagradaba, ya que era demasiado común, demasiado abierta y demasiado… vulnerable. Ese no era lugar para su reina.
#¿Por qué la trajiste aquí?# —rugió mentalmente, con voz recia, helada, invadiendo el enlace que compartía con su beta—. #Lioran, no tenías que meterla en un área como esta. Está rodeada de humanos… enfermos… y sin privacidad.#
#No me grites, Supremo# —respondió Lioran con un suspiro, arrastrando las palabras con fastidio—. #Tú dijiste que la llevara a un lugar lleno de gente. Así que pensé que una sala compartida era lo mejor. Mario nunca pondría un pie en un sitio tan… ordinario.#
Derek apretó la mandíbula.
#Podías usar el ala pediátrica cerrada o el área de observación temporal.