Bórrame la memoria.
Derek se irguió como un resorte y abrió la puerta con fuerza.
—¿Mamá? —preguntó, confundido—. ¿Cómo… cómo es que no sentí tu presencia?
Lioran, incómodo, intervino:
—Ella… ella está usando un artefacto vampírico. Es una especie de talismán que bloquea el rastro… no hay forma de detectarla.
Derek giró la cabeza lentamente hacia su madre, con los ojos convertidos en dos filos brillantes.
—¿Me estás espiando, madre? —preguntó con la voz en calma… demasiada serenidad.
Pero ella, lejos de intimidarse, sonrió con nostalgia y alivio, como si acabara de encontrar algo que había estado buscando por años.
—Encontraste a tu luna… —susurró, acercándose—. No vas a morir… ¡Derek, no vas a morir!
Derek retrocedió un paso, desconcertado e incrédulo, suponiendo que su madre le estaba fallando al igual que su padre.
—¡Madre! ¿Por qué haces esto conmigo? —explotó, quebrándose por la frustración.
Ella lo miró con ternura y esperanza al mismo tiempo.
—Porque soy tu madre. Y las madres saben cuando sus hij