21. Regreso del Pasado
Camila
El sol de Melbourne, con su resplandor naranja dorado, me abrazaba desde la ventana de mi apartamento con vistas a Southbank. Un año. Hace un año, nuestro mundo todavía estaba lleno de las complejidades de la vida. Pero aquí, el aire de la ciudad parecía curar gradualmente nuestras heridas pasadas.
Desde que nos mudamos a Australia, nuestras vidas se han vuelto mucho más sencillas. Sin reuniones, lejos del foco de los medios de comunicación. Vendí un importante activo en Yakarta e invertí en una pequeña editorial, The River & Ink, donde escribo tranquilamente bajo el seudónimo de Ayla Morgan. Una afición que nunca imaginé que se convertiría en mi nuevo hogar.
Llevaba un vestido de seda verde azulado que caía con elegancia sobre mi cuerpo, y miraba fijamente la cama. Allí, sentado con las piernas cruzadas y un montón de bloques de madera, estaba Mateo. Su cabello castaño claro brillaba a la luz de la mañana y su alegre risa llenaba la habitación.
—¡Mamá, mira! ¡He construido el c