Andrea Valderrama tenía una vida afortunada con un famoso deportista. Tras descubrir su infidelidad lo pierde todo, hasta quedar en la calle; necesitaba un milagro para componer su vida de cabeza y obtener la posicion millonaria anhelada. Jorge Smith, tras un accidente de auto es llevado a quedar sin trabajo, además de arruinar sus planes de negocio al caerle una demanda por delito. Carga con la soga al cuello debido a que una buena cantidad de dinero resolvería su situación. Ambos tienen algo en común, un hijo que fue criado por otra familia y al quedar huérfano Jorge y Andrea se unen para adoptarlo cuando descubren que el pequeño es el heredero de una gran fortuna. Sus intereses solo son por el dinero, pero en la convivencia revivirán chispas que los hará sentir algo más allá.
Leer másMis manos sudaban mientras esperaba que el doctor regresara del laboratorio, nerviosa e impaciente por saber el resultado. Al abrirse la puerta mi corazón latió rápidamente de los miedos, crucé los dedos con el deseo de que mi menstruación atrasada solo era producto de un simple problema ovárico.
Miré al doctor entrar a su consultorio y sentarse nuevamente frente a mí, no alcancé a detallar las escrituras de los papeles colocados sobre el escritorio. Seguidamente miré su rostro tratando de descifrar por mí misma la respuesta. Colocó una sonrisa de felicidad al encontrarse con mi mirada.-¿Qué sucede? -Pregunté con preocupación.-¡Felicidades! ¡Estás embarazada! –expresó alegremente.-¿Y por qué sonríes? ¡Es una tragedia! –Exclamé horrorizada.Acaricié bruscamente mis cabellos con las dos manos y las bajé hasta mi estómago sosteniendo el remolino interno que se me formó ahí por la noticia.-No es ninguna tragedia, el niño viene bien y tienes edad para criarlo –aconsejó el doctor.-¡Soy una chica de diecinueve años que ni siquiera ha terminado la universidad! Además de que odio a los niños y ser madre jamás ha sido mi deseo –Hablé alterada.-Pues ese no es mi problema, debió de haberlo pensado antes y usar protección –El doctor se molestó- Ahora váyase que la consulta ha terminado.-No me corra que yo le pagué para que me atendiera –dije regañadientes. Debería ayudarme a buscar una solución –expresé con nerviosismo- Un aborto, puede realizarme un aborto ahora mismo.-Váyase a otro lado que yo no seré el causante de ese delito. Además, esas prácticas suelen ser muy costosas en este país, y le aconsejo que no lo practique en su casa si no quiere morir en el intento.Salí de la sala de ginecología con un dolor de cabeza tan grande parecido a un volcán en llamas. Al sentir mi cuerpo temblar del nerviosismo tomé una pastilla y respiré profundo intentando calmarme.El carácter de mi madre era tan fuerte que me correría de la casa al decirle la noticia, éramos mujeres humildes, desde que falleció mi padre había trabajado duro para mantenerme. Solo me quedaba una opción, el hombre de mi vida…-Jorge si me comprenderá, posiblemente me abrace para decirme que lucharemos juntos en la vida- Eso era lo que quería escuchar al encontrarme con él.No lo vería sino hasta la semana entrante y mi paciencia estallaría si esperara, así que le hice una visita inesperada, cosa que me arrepentí al instante luego de ver su reacción.-¡No pudiste cuidarte Andrea! ¿En que estabas pensando? –Ni siquiera me dejó entrar, me reclamaba en su puerta.-No lo planeé, pero lo criaremos juntos ¿cierto?-¿Acaso te he pedido matrimonio para que estés contando conmigo? Asume tú ese problema.-Eres el padre, apoyarme, te lo ruego.-¡Tengo planes a corto plazo, acabo de graduarme de la universidad, no es mi deseo formar ahora una familia! –exclamó alzando la voz.-Jorge, el mío tampoco, pero, así como me quieres debes querer al niño es el producto de nuestro amor.-¿Amor? Estas errada si crees que te he amado. Solo hemos salido pocas veces, ni siquiera te había considerado mi novia.-Yo si te he querido bastante –expresé melancólica, intenté detener mis lágrimas y no pude.-Agradezco que me hicieras pasar buenos momentos Andrea, de verdad lo siento. No me sigas buscando y no quiero saber nada de lo que posiblemente lleves en el vientre. Debes irte –Jorge intentó cerrar la puerta, pero yo se lo impedí de un empujón.-¡Eres un hombre horrible sin corazón! ¡Mi vida también se va a destruir por tu culpa! ¡Yo no hice al bebé sola!-¡Ya lárgate de mi casa Andrea! –Expresó Jorge furioso.Estaba tan empapada en llanto que no podía quedarme a discutir, tuve que ir a mi casa a llorar y por supuesto contarle todo a mi madre. Ella no se sorprendió, ya lo veía venir al darse cuenta de mis escapadas de noche y entrarme en vómito cuando comía en las últimas semanas. Además, que me había advertido de mi relación con sus consejos… ‘‘ese hombre no es de confiar’’.Varios meses después y a tres días de pasar por ese doloroso proceso del parto me encontraba liberada, fajé mi cintura y salí a divertirme sola gracias al haber dejado con mi madre la criatura que me atormentaba con su llanto. Cuando tenía hambre, porque tenía sueño y para todo, ese pequeño no me dejaba en paz y continuamente me arrepentía de no haberlo botado cuando solo era un feto.-Una copa por favor –Pedí la quinta, me habían prohibido el alcohol durante el embarazo y por cuidar de mi salud había hecho caso. Por eso ahora tomaba lo que quisiera. Cuando sonó mi música favorita me aproximé a la pista a mover el cuerpo como la profesional que era y de repente sentí un cuerpo masculino pegándose contra mí para seguir el ritmo.Su olor era agradable y su rostro encantador, lo convertí en mi pareja para bailar toda la noche.-Me pareces algo conocido, ¿te he visto antes? –Le pregunté al sentarnos frente a una mesa cansados y sintiendo mis tacones desgastados.-No lo creo, no soy de aquí, vine a Nueva York para jugar un partido.-¿Eres deportista?-De futbol, así es. ¿Y tú hermosa? Se ve que haces gimnasia o vas al gim, tienes un físico espectacular.-Gracias, de niña bailé ballet, y siempre me ha agradado mover el cuerpo.-Ya me lo imagino, además, me gustaría saber cómo lo mueves en la cama –expresó el hombre un poco indiscreto, produjo sonrojamiento en mis mejillas.-¿Si aquí no vives, te hospedas en un hotel?-Así es, y muero por pasar la noche contigo, pero hay un problema.-¿Cuál? –Pregunté con bastante curiosidad.-El vuelo sale en pocas horas y el trasporte viene en camino para buscar mis cosas y llevarme al aeropuerto.-No te vayas, ¿puedes quedarte unos días? Es que me encantas y deseo que nos sigamos conociendo –sugerí, no quería perder a ese hombre.-También me gustaría; y me es imposible, debo presentarme en las instalaciones mañana, nos comunicaremos vía telefónica, al menos que te quisieras venir conmigo.Una propuesta que hizo revolotear mi cuerpo de emociones, de verdad deseaba estar con él, su trato amable me hizo confiar, así que no dudé en dar una afirmación.Llegué a casa antes de salir el sol y mi madre me capturó empacando la maleta.-¿Acabas de venir y ya te vas? ¿A dónde?-No lo sé, fuera del país, y con un hombre que acabo de conocer.-¡Estás loca! –Exclamó mi madre alterada, estás pasada de trago, al menos descansa para que lo pienses bien.-No estoy borracha mamá, es la decisión que tomé. Ese hombre es famoso –dije con entusiasmo tratando de convencerla- ¡Es millonario! ¡Es el hombre de mi vida!-Si tendrás bastante dinero entonces podrás mantener bien a tu bebé ¡te lo llevas! –Dijo en forma de orden.-No puedo mamá, no me aceptará si tengo un hijo. Deberás cuidarlo tú.-Andrea, sabes que trabajo todo el día hasta tarde y mi enfermedad en la columna no me permite estar atendiendo a un recién nacido.-Lo entiendo mamá, igualmente ya debo irme, resuelve por mí ese asunto, si no lo puedes atender busca a alguien que lo quiera y ya –le sugerí antes de salir del cuarto con la maleta a rastras.-Eres una mala madre Andrea, no has ido a presentarlo y ¿ahora deseas no verlo más nunca?.-Como lo dijiste, no quiero saber más nada del niño. Aléjalo de la familia, y a quien te pregunte, se murió al nacer.Tuve que irme sin despedirme para no seguir viendo el rostro tan triste de mi madre, como si mis palabras habían sido crueles, pero era la realidad, yo no lo quería y no lo podía tener. Lo único que me entusiasmaba era aquel cuerpo musculoso, Armando. Y era lo que necesitaba, tener una nueva vida lejos de aquel ex mío, Jorge Smith.*Narración por Jorge Smith.-Me alegro de que hallas aceptado una salida conmigo, por fin –dije mirando los lindos ojos de Andrea, eran color miel y se volvían amarillos al reflejar la luz del sol a sus pupilas. Permanecíamos sentados una tarde alrededor de una pequeña mesa redonda. El sitio de comida rápida era abierto permitiendo refrescarnos con el vaivén de la brisa natural. -Lo hice por David, para sacarlo a pasear –dijo ella mirando al pequeño a nuestro lado jugar con su Tablet.-Una oportunidad para conocernos más –Toqué su mano derecha.-No le veo el sentido –hizo una expresión complicada alejando su brazo.-¿Aun me odias? ¿Me tienes rencor por lo que pasó con nosotros hace cinco años? –Interrogué con la esperanza de que la respuesta fuese negativa.-¿Por haberme embarazado y dejado? No, ya lo superé. Lo que importa es el momento.-‘‘Perfecto’’ –dije mentalmente, estaba esperando a que le pasara el odio hacia mí para proceder a conquistarla, en realidad ella me atraía bastant
*Narración por Jorge Smith.-No tengo todo el día, debo instalarme –le dije a la chica de mantenimiento al verla mojar el piso con el trapeador. Apurándola para que se retirara, estaba impaciente por empezar en mi nueva oficina, y no era en el edificio de Sanfor Car, en mi antiguo trabajo seguía de reposo y aprovecharía la oportunidad de comenzar en la empresa de la familia Valderrama.Apoyé mi trasero sobre la silla nueva, debido a mi orden le quitaron el plástico, exigí que no merecía algo usado, yo tenía Valor, era el padre del heredero y me merecía respeto.-Aquí está su café señor.-Gracias –Le hice señas a mi nueva asistente para que me lo colocara en el escritorio. Cierra la puerta por favor.Me encontraba entretenido encendiendo el computador, cuando un fuerte sonido me impresionó –¿Por qué la tiras? –Refiriéndome a la puerta- deja la agresividad.-Esto no es lo que esperaba Jorge, ¿ser tu asistente? Yo deseaba un mejor cargo.-¿Qué más podías ser Andrea? ¿Jefa de un departame
-Cálmate Andrea, a lo mejor no fue nada grave –me decía a mí misma para tranquilizar mis piernas que no dejaban de moverse por mi desespero. La sala de espera estaba tranquila, pocas personas desplazándose de un lado hacia el otro, los vellos de mis brazos se erizaban causado por el frio inmenso del aire acondicionado. La chaqueta que me pudo haber calentado reposaba en el closet cuando más la necesitaba, olvidé tomarla por lo rápido que salí, solo una pequeña manta cubría a David, él dormía recostado sobre mi cuerpo.Había caído la noche, me lo recordaba la luna saludándome a través de la ventana, ahí la miraba, sin el control de cuantos minutos habían pasado, lo sentía como una eternidad debido a mi impaciencia por saber sobre la salud de Jorge. Según ya le habían hecho el tratamiento correcto, lo supe por información de la enfermera, pero no me dejaban pasar, estaba prohibido que los niños sanos entraran a las salas de emergencia y nadie me acompañaba para vigilármelo por un momen
-Si despediste a la niñera, al menos hazte cargo de David por ti misma- Escuché de la voz de Jorge hablando fuerte a las afueras de mi cuarto.Me paré y abrí la puerta, tomé al niño del brazo para atraerlo adentro y luego con la cara más seria que pude colocar, miré el rostro de Jorge.-¿Y tú, tan machista eres que tampoco puedes atenderlo? –Expresé.-¿Yo? Tengo cosas importantes que hacer. Tú eres la madre, al menos has algo que valga la pena.-Como si yo no hubiese estado todo el día trabajando y solo por andar haciéndote caso –dije enojada.-Agradece que tienes un empleo, a cualquiera no le sale una vacante tan fácilmente. -¡Te aseguré que yo no quería trabajar! –dije indignada.-No es cualquier empresa Andrea, es nuestra oportunidad de averiguar todo sobre esa familia Valderrama.El seguía con esa insistencia, yo lo que quería era tomar la herencia e irme de esa ciudad, pero la ambición de Jorge le hacía intuir que existía algo más que se nos ocultaba. Yo no estaba de acuerdo con
El inicio de mi primer trabajo oficial, entré sola por la puerta, Jorge había aceptado el consejo que le dieron, debía esperar a quitarse el yeso, además de llevar un certificado indicando que estaba apto para trabajar.El aroma a café llegó a mis fosas nasales cuando me lo serví, de haber sabido cual era mi oficina lo hubiese consumido en aquel lugar y evitar que me reclamaran.-¡Llegas tarde! –Expresó mi tía y nueva jefa.-Son las siete y cinco –dije observando la hora en mi celular.-La entrada es a las siete -reclamó como si no lo supiera.-Entré a la hora, llevo cinco minutos aquí –discutí.-No me reproches que el personal debe estar quince minutos antes.-Hubieses mencionado entonces que la entrada era a las seis y cuarenta y cinco –Ser contestona era un defecto que tenía de niña y me acompañaba en mis veinticinco.-Te dejaré pasar, ya sabes para la próxima –Me habló en tono grotesco. Remiré los ojos y eso hizo que se enojara-. Yo no fui la que te contraté, de ser así ya te hubi
*Narración por Jorge Smith.El teléfono cayó hacia el piso empujado por mi brazo, estaba harto de mirar las redes sociales cuando no hallaba más nada que hacer, faltaban dos meses para culminar mi reposo y ya no aguantaba estar en casa todo el día. Quería trabajar, deseaba estar ocupado, pero mi brazo izquierdo inmóvil me delataba como un hombre imposibilitado.Levanté mi cuerpo y salí de la habitación, el total silencio me recibió en el pasillo, produjo que bostezara. –¿Dónde estará Andrea? -Pregunté imaginando que había salido de casa como siempre, era su costumbre, detestaba estar cerca de mí e inventaba cualquier excusa para alejarse.Un murmullo en el cuarto produjo que me asomara.Estaba ella sobre la cama, sentada, el pijama se percibía sobre la sábana, abrazando a David, ambos miraban una especie de video en un teléfono horizontalmente y reían, mientras yo bostezaba de aburrimiento.-Andrea, ¿cómo estás? –Pregunté dando unos pasos al interior de su cuarto.-Igual que siempre,
Último capítulo