-Si despediste a la niñera, al menos hazte cargo de David por ti misma- Escuché de la voz de Jorge hablando fuerte a las afueras de mi cuarto.
Me paré y abrí la puerta, tomé al niño del brazo para atraerlo adentro y luego con la cara más seria que pude colocar, miré el rostro de Jorge.
-¿Y tú, tan machista eres que tampoco puedes atenderlo? –Expresé.
-¿Yo? Tengo cosas importantes que hacer. Tú eres la madre, al menos has algo que valga la pena.
-Como si yo no hubiese estado todo el día trabajando y solo por andar haciéndote caso –dije enojada.
-Agradece que tienes un empleo, a cualquiera no le sale una vacante tan fácilmente.
-¡Te aseguré que yo no quería trabajar! –dije indignada.
-No es cualquier empresa Andrea, es nuestra oportunidad de averiguar todo sobre esa familia Valderrama.
El seguía con esa insistencia, yo lo que quería era tomar la herencia e irme de esa ciudad, pero la ambición de Jorge le hacía intuir que existía algo más que se nos ocultaba. Yo no estaba de acuerdo con