En medio de la tragedia, Laura recibe una segunda oportunidad en la vida. Un accidente casi fatal donde perdió a todos los miembros de su familia la deja al borde de la muerte, pero un corazón donado la salva. Lo que ella no sabe es que este corazón pertenecía a la esposa de un poderoso magnate, quien falleció trágicamente al dar a luz la misma noche del accidente, dejando a su hija recién nacida, Gema, y sus órganos como legado. Tiempo después, Laura se encuentra en una situación desesperada, desempleada y sin éxito en sus entrevistas laborales. Un día, por casualidad, Laura conoce a Gema, una niña pequeña que despierta en ella un instinto protector. La conexión es inmediata y profunda, aunque Laura no comprende por qué. Lo que ella no sabe es que lleva en su pecho el corazón del primer amor del empresario Gabriel Wilson. Pese a ser polos opuestos en todos los sentidos, el destino parece entrelazar sus vidas. ¿Es posible escapar de los designios del destino?
Leer más«Un sueño»
Un estruendo y un cristal roto fueron el resultado que dejó la brisa cuando se coló por la ventana en donde se encontraba durmiendo Laura. En ese mismo instante abrió sus ojos, estaba agitada e incrédula por lo que acababa de soñar. Miró todo su alrededor para poder convencerse de que había despertado. —¡Qué tonta! —expresó burlándose de sí misma, pues acababa de tener un sueño que le parecía imposible. —¿Cómo puedo ni siquiera pensar que un hombre tan poderoso como lo es Gabriel Wilson podría llegar a invitarme a su cama? —¡Se vale soñar! —escuchó la voz de Ángela. Su mejor amiga y compañera de apartamento. Después de tan jocosa respuesta, ambas rieron. Laura se puso de pie y observó al vecindario por su pequeña y rota ventana. —¡Basta de soñar estupideces hora de seguir buscando empleo! Tomó un baño y luego en pijama preparó su café y se sentó en su laptop. No pasó mucho tiempo cuando una hermosa noticia encontrada en su computadora la hizo saltar de emoción. —¡No lo puedo creer! ¡Tengo una entrevista de trabajo! —gritaba a todo pulmón. Ángela de inmediato entró a la habitación y se unió a la gran alegría y el momento emotivo de su amiga. —¡Felicidades, amiga! Pero espera un momento, acabo de ver que tu entrevista inicia en media hora. —¡Nooo! La energía de Laura se fue al piso, pues esa empresa quedaba hasta el otro lado de la ciudad y si se iba en un autobús de camino calculaba algunos 40 minutos, así que su alegría se fue al piso y llegó la angustia. —¡Ah no! No te puedes dar por vencida sin ni siquiera intentarlo. Ya que tomaste un baño, ahora te vistes y yo te presto dinero para que vayas en un taxi. —¿De verdad harías eso por mí, amiga? —Incluso me ofrezco a acompañarte. De inmediato la instó a que se vistiera, juntas abordaron un taxi y 40 minutos después estuvieron en la empresa. Las piernas de Laura temblaban, pues solo de ver aquel imponente lugar sentía que no encajaba allí. —¿Señoritas, qué desean? Escuchó la voz de la secretaria mientras las miraba con una ceja anclada y de manera despectiva, pues aunque Laura era hermosa, no tenía los recursos para vestir acordes al prestigio del lugar. —Me han enviado un email para la entrevista de trabajo. —¿Me puedes confirmar lo que acabas de decir? —Una vez más la miró de arriba abajo detenidamente, dejando en evidencia su desagrado. —¡Claro que sí! Laura se puso de pies sintiendo flaqueo en sus rodillas, pues se sentía intimidada con la mirada de aquella mujer y con todo el lugar. Cuando adelantó dos pasos hacia adelante, vio una pequeña niña con cabellos rubios que venía llorando y se aferró a la pierna de la joven. Laura, sin pensarlo, la tomó en sus brazos. Fue mágico cómo la pequeña se recostó en sus hombros y dejó de llorar. —¡Bájala en este momento! —le exigió la secretaria. —¡Perdón! Solo quise ayudar a que no siguiera llorando la pequeña. —Tu trabajo aquí sería de conserje y has llegado media hora tarde, así que has perdido la oportunidad. Ahora puedes regresar a casa. El desagrado a primera vista de aquella secretaria era más que evidente, así que Laura, sin omitir palabra, lentamente fue descendiendo para bajar a la niña, intimidada por la fuerte mirada de la secretaría, pero la pequeña se aferró a su cuello y no quería soltarla. —No quiere. —¡Te he dicho que la sueltes! —ya el tono de la secretaría era irritable y Ángela fue quien respondió. —¡Quién diablos te crees para tratar a las personas así! —A mí me respeta. Yo soy la secretaria de gestión y solo estoy librando esta prestigiosa empresa de gentuza como ustedes. —Aquí veo a una secretaria que no puede tener una vida diferente a la nuestra. Solo que trae ínfulas de dueña de la empresa. ¿Dónde están los modales? Alexandra salió del escritorio y se dirigió hacia dónde se encontraba Laura. Ella iba con toda la intención de tomar a la niña por la fuerza de ser necesario. —Dame a la niña y se largan de aquí. —¿Qué es este alboroto? Se escuchó una voz de tenor fuerte. Cuándo sus miradas rodaron, se encontraron con un apuesto hombre de 1,90 de estatura con mirada fuerte… vestía de diseñador y su aroma era algo que no se podía describir con solo palabras. Lo más extraño fue que a Laura se le hizo conocida. Era él, el hombre con quien Laura había soñado horas atrás. Ella no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. —Señor, yo me encargo de esto. Él miró a Laura y se quedó sorprendido al ver que la pequeña Gema permanecía tranquila en sus brazos. —¿Cómo te llamas? —se dirigió a Laura. —Ella es una de las vacantes para el puesto de conserje, pero llegó con una hora tarde y… —¿Ya tienes a la persona para ese puesto? —Sí —mintió descaradamente. —¡Excelente! Señorita, sígame… Él inició a caminar y Laura lo siguió. La secretaria los observó enojada y de inmediato se dirigió a Ángela. —Conozco muy bien a las trepadoras como ustedes. —No creas que me vas a intimidar, si estamos aquí es porque llamaron a mi amiga, pero independientemente de eso. Yo también conozco a desgraciadas como tú y tengo un posgrado de cómo arrancar sus extensiones de cabello postizo. Ángela no estaba dispuesta a dejarse humillar y eso lo dejó bastante claro. Ella esperó a su amiga por unos minutos y luego se marcharon juntas. Laura no dijo una sola palabra y esto la dejó realmente inquieta. —¿De qué se trató la reunión? ¿Ya tienes un trabajo? —Laura seguía en silencio, provocando que su amiga se detuviera en seco. —¡Ah, no! O me cuentas o no adelantó un solo paso más. —No. No tengo trabajo. Ese hombre necesita una baby-sitter para su hija y lo mío son los números... —¿Le dijiste que no querías ser su niñera? —Él no me dejó decir nada, y en cuanto le dije que no tenía la experiencia necesaria, me sacó de la oficina. —¿Ya lo conocías? —de inmediato le preguntó. —No. —No lo niegues, Laura. Llevas más de un año mencionando a ese hombre y justo esta mañana me dijiste que soñaste con él. —No sé lo que está sucediendo conmigo. Creo que los golpes en mi cabeza me han enloquecido. Laura actuaba de manera muy extraña y esto a su amiga la preocupaba mucho. Caminaron una hora y sin darse cuenta ya estaban frente a la casa en donde vivían. —No estás bien, amiga. Ella miró a Ángela preocupada y sintió pesar por ella. —No te preocupes, amiga. Desde la tarde de aquel fatídico accidente, jamás estuve bien. Siento mucho haberte hecho pasar un mal momento y perder dinero. —Lo único que me preocupa es lo que sucedió en esa reunión. ¿Acaso a él te ha faltado el respeto? —No. Aquí la que está mal soy yo y quiero conseguir un trabajo para ir en busca de un psiquiatra, o temo que todo se me salga de control. —¿A qué te refieres? —Ángela. Yo soñé con ese hombre y en mi sueño llevaba la misma ropa que vestía el día de hoy. No solo eso, incluso pude conocer el aroma de su perfume. —¿Fue una premonición? —¡No lo sé! Solo me quedé impactada al ver lo que vestía y su rostro era tan familiar, que incluso me atreví a tratarlo de tú… —¿Qué pasó en tu sueño premonitorio? Debes recordar. —Ángela se exaltó un poco, pues la noche del accidente donde Laura perdió a su familia, ella le contó sobre un sueño y ese sueño horas después se hizo realidad. —Nada malo. Él se dirigía a mí —hizo silencio y no continuó hablando. —¿Solo eso? —Él se acercaba a mí como si yo fuera su esposa y me trataba como tal. —Ella miró a su amiga totalmente sonrojada. —Inclusive me hizo el amor durante el sueño. —¿Solo eso? ¡Qué sueño tan delicioso! ¡Ay no! Me has dado un gran susto… Ella miró a Ángela con cariño —Gracias por preocuparte por mí y ser mi compañera fiel. —Gracias a ti por prestarme tu compañía y ser incondicional. Ahora no sigas con las pendejadas, que no controló esas cosas llamadas, sentimientos y vamos a continuar buscando empleo. Después de la tragedia que cobró la vida de los padres y la hermana de Laura. Su amiga pasó a ser su lugar seguro y un refugio invaluable. —¡Maldita perra! —gritó Ángela en cuanto abrió su computador. —¿Qué sucede? —se acercó Laura de inmediato. —¡Mira esto! La muy canina nos aseguró que el puesto estaba ocupado y no es así. Ella se sentía indignada por el maltrato y de inmediato decidió iniciar una queja, pero Laura la detuvo. —No le demos importancia a personas que no la tienen, amiga. Acabo de recibir otro email para una segunda entrevista. Así que no pienso mirar atrás y a esas personas se las dejamos al karma. —En algunos momentos me gustaría llamarme de esa manera —terminó golpeando la mesa del escritorio en donde se encontraba la computadora. —Ya olvida todo y mejor ayúdame a conseguir algo decente para vestir mañana en la entrevista. Capaz esa secretaria me descartó por las fachas que llevaba por salir a toda prisa. —¡Desgraciada! No sabía la mujer inteligente que despreciaba por ser prepotente y creída. —¡Vamos! Ella siguió a su amiga, pero seguía reprochando por el trato recibido, pues estaba segura de no merecerlo.Pasaron los meses y no podían creer que era tiempo de disfrutar lo merecido de la paz absoluta sin miedos, tribulaciones, escasez y la falta de amor que antes habían atravesado… La vida le había sonreído y solo podían disfrutar de tan valioso tesoro.—¿Seguirás comiendo? —Laura observó a Ángela llenar su plato por tercera ocasión.—Estoy ansiosa, amiga… —Las emociones locas la habían arropado y, cuando menos lo esperaba, estaba llorando como niña pequeña. —Tomás está muy distante, creo que ya no le parezco atractiva y yo solo me la paso comiendo como loca.—No dañes la tranquilidad que reposa en nuestras vidas con pensamientos erróneos. Tomás solo hace hablar de su familia y estar pendiente de que tu embarazo llegue a su final saludable.Ella con un trozo de pan en la boca y lágrimas en sus ojos miró a su amiga como niña pequeña. —¿De verdad, amiga? Pensé que ya no me quería.—Te diré un secreto, pero debes guardarlo. —Ella asintió de inmediato y quedó atenta a las palabras de su amig
La brisa de la tranquilidad había tocado las puertas de la vida de Laura, eso lo confirmó en el momento en que conoció los pequeños y angelicales rostros de sus gemelos. Ellos eran perfectos y con solo su mirada podía hacerla olvidar cualquier tiempo difícil. Al tocar sus frágiles manos fue como conoció el amor más puro y sincero que jamás había imaginado que existiera en el mundo.—Gracias por hacerme el hombre más feliz de este mundo.Ella sintió un fuerte abrazo que la reconfortó y la llenó de una manera casi mágica. Era él, el hombre que la hizo sentir nuevas sensaciones y esa palabra que tanto escuchaba llamada amor.—Yo soy quien está verdaderamente agradecida. Gracias por darme la oportunidad de entrar a tu vida, gracias por no mirar mi pasado, gracias por aceptarme tal como soy, sin prejuicios, sin estatus sociales, sin protocolos. Simplemente, me amaste y, gracias a tu amor, mi vida dio un gran giro.El abrazo fue permanente y allí ella pudo sentir cómo Gabriel temblaba y llo
«Riiin, Riiin»—¿Dónde estabas? Te he llamado muchas veces y no respondes.Sabrina quería compartir su alegría con su amigo y despedirse de él, pues como había llevado a cabo lo que tenía planeado en contra de Gabriel y ya estaba determinado que se marcharía muy lejos.—¿No viste las noticias? Todo es un caos y estoy atento a mi celular en caso de que necesiten refuerzos.—¡Los millonarios y sus espectáculos públicos! —dijo con ironía. —No creo que necesiten más policías… Esta noche quiero verte y despedirme.—¿Despedirte?—Sí. Deseo iniciar lejos de todo y todos… ahora que ha llegado el momento, no pienso desaprovecharloEl corazón del hombre empezó a latir con fuerzas, pues ella se marcharía una vez más y no le hablaría sobre sus sentimientos. Esa historia de amor no era algo que se podía llevar a cabo y al parecer había llegado el momento de aceptarlo…—¿Estás ahí?—S, sí…—¿Debo interpretar ese silencio como una negativa? Sí, es así, lo puedo respetar, aunque tengo muchos deseos d
«Un mal sueño»—¿Cuándo se detuvo la brisa? ¿Por qué la vida se ensaña en hacerme sufrir? ¡Por favor, que esto sea una pesadilla! A pesar de verme fuerte, soy débil, muy débil…Gabriel cayó de rodillas y no quiso ver en las condiciones en las que había quedado su prometida después de caer de las escaleras. No era dolor, porque el dolor no podía describir lo que estaba sintiendo en ese momento. Más bien, era un fuego que quemaba todo su interior.La luz se apagó y todo su mundo se derribó dejándolo solo una vez más, pero en esta ocasión no quería luchar, no quería pelear, no quería persistir. Su mundo oscureció y perdió todo tipo de sentido. «Sonidos de las sirenas»—¡Ayuda!—¡Qué alguien haga algo!Los sonidos y las palabras se calaban hasta lo profundo de su ser y en ese momento solo deseaba morir junto a su familia…—Gabriel, debemos ir al hospital hacia donde trasladaron a Laura.—No quiero, no quiero volver a pasar esa horrible sensación por segunda vez. —Se negó de inmediato.—¿E
Las cámaras y toda la atención del público invitado al gran evento se dirigieron al centro del salón, justo en donde se encontraban las escaleras que daban acceso al segundo nivel… Todos estaban sorprendidos, anonadados y de manos atadas, mientras la prometida de uno de los magnates más importantes rodaba por las escaleras sin que nadie pudiera hacer nada al respecto. Aunque lograron captar el accidente, ya que en todo momento estuvieron grabando, no era algo que estaban animados a postear, no sabiendo que está tragedia podría llevar a Gabriel directo al abismo de cuál pensaron que no saldría jamás cuando años atrás también perdió a su esposa quien estaba en estado de gestación…Mientras ella rodaba escuchó la voz de sus padres que le decían «—Tú puedes rendirte, aún no es momento de reunirnos» Pero a pesar de las voces sentía un miedo abrupto de despertar del gran hermoso sueño que estuvo viviendo en los brazos de quien en ese momento era su prometido.—¿Tan rápido se ha acabado la f
Las horas no se detenían y la celebración se había iniciado. Todo parecía marchar a la perfección, los invitados, los paparazzi y los encargados de farándulas no se dieron a esperar.Ambas mujeres embarazadas eran el alma de la fiesta y quienes captaron todas las miradas, pues los ojos de enamorados de sus prometidos convertían la fiesta en puro romance.—¡Auch! —se quejó Laura y Ángela de inmediato se preocupó.—¿Te sientes bien?—Sí, al parecer los gemelos han crecido mucho y al más mínimo movimiento pueden estremecer todo mi cuerpo.—¿De verdad te sientes bien? Aun con el maquillaje en tu rostro te veo algo desmejorada.—¡Shhh, no digas esas cosas! Si Gabriel te escucha, es capaz de enviarme a casa para permanecer en reposo. Creo que las ojeras y demás signos de cansancio es porque ya no he podido dormir en la noche debido al gran peso de mi vientre.—Si las molestias aumentan me dices y nos vamos a descansar un poco.—Prometo informarte…Aun con las molestias, ella decidió disfrut
Último capítulo