La luz del amanecer encontró a Olivia ya revisando por tercera vez la carpeta de documentos que llevaría a Boston. Alexander había partido antes, sumido en otra crisis corporativa que, sospechaba Olivia, involucraba a Sebastian. La partida silenciosa de él, la dejó con una sensación de ambivalencia. ¿Su aprobación tácita significaba que confiaba en ella, o simplemente que estaba demasiado ocupado para ocuparse de sus "pequeños problemas"?
El viaje a Boston en el jet corporativo fue una experiencia surrealista de normalidad forzada. Walsh y dos de sus principales ingenieros la acompañaban, y la conversación fue estrictamente profesional, técnicamente correcta. Era como si, al no poder sabotearla abiertamente, hubieran decidido ignorar la esencia misma de su proyecto.
Eleanor Pembroke los esperaba en el lobby del hotel Vance Boston. Su sonrisa era tan cálida y medida como siempre. Sus ojos, sin embargo, eran agudos, escrutando cada detalle, desde el apretón de manos de Walsh hasta la ma