La atmósfera en Vance Enterprises había cambiado. Donde antes había una tensión cargada de electricidad entre Alexander y Olivia, ahora se respiraba una frialdad cortés y distante. Para Sebastian, observando desde los márgenes con ojos de depredador, este nuevo estado de las cosas era incluso más prometedor que el conflicto abierto. La pasión podía reconciliarse; el hielo, solo podía extenderse, agrietando todo a su paso.
Aprovechó un momento en que Olivia estaba sola en la sala de juntas, absorta en los planos de Cliffside antes de la reunión de la tarde.
—Olivia, ¿tienes un momento? —preguntó, cerrando la puerta con un clic suave que pareció resonar en el silencio repentino.
Ella alzó la vista, y él captó el destello de cautela en sus ojos antes de que una máscara de profesionalidad impecable cubriera sus rasgos.
—Sebastian. Claro. ¿En qué puedo ayudarte?
—En realidad, me preguntaba si yo podría ser de utilidad para ti —dijo, tomando asiento frente a ella con una actitud de confiden