Voy terminando de comer, al menos me pude entretener con eso un rato. Me decidí por una pasta fría con pollo asado y una ensalada fresca. Se me antojó un agua de fruta fresca, que pedí a la juguería cercana.
Me ocupo por unos minutos lavando todo lo usado, pero después de esto no sé qué hacer. Es la primera vez en mi vida que tengo tanto tiempo libre. Creo que me pondré a pintar las paredes del jardín, además podría aplicar una capa de impermeabilizante en el techo para prevenir goteras. Pero bueno, para eso tendré que esperar al menos una semana, se me recomendó no hacer actividades pesadas durante estos días debido al legrado.
Esto concentrada en eso cuando escucho la puerta. Se me hace raro que vengan tantas personas, dos, en un mismo día.
Me acerco a la mirilla y veo a Martha, la esposa de Gerardo. Le abro de inmediato.
-¡Martha, qué gusto verte! Pasa, pasa... –le invito. Trae una bolsa de super grande en la mano, además de la personal.
-Gracias Caro... ¿Cómo estás? –me dice tras