Es lunes por la mañana, han pasado tres días acompañada por mi marido quien no se ha ahorrado molestias para cuidarme después de la parada hospitalaria. Se lo tengo que agradecer totalmente.
Después de haber contratado a Lore, también estuvo pendiente de ver qué faltaba en la casa, además de hacer el supermercado para que no me falte nada ahora que se regresa a Puerto. También se ha encargado de las comidas de estos días, además de separar la ropa de tintorería, la que se plancha, la de solo lavado y secado, mientras que yo la doblo y guardo en sus cajones.
El reposo me ha ayudado bastante, voy recuperando mis niveles de energía mientras que mis heridas también están cicatrizando bastante bien. Aprovechamos la tarde floja para ir a caminar un rato, pero Mauricio quería ir de shopping a Polanco... Aprovechó para comprarse un nuevo traje que ajustarán y llevarán a la casa en unos días.
A pesar de mis protestas, Mau insistió en que me comprara algo más de ropa, entre casual y formal, ade