Lionetta cerró la laptop y soltó un largo suspiro. Ella y Tazio habían pasado gran parte de la mañana revisando su agenda. A pesar de que seguía con permiso temporal, tenía compromisos ineludibles. Algunas marcas querían que cumpliera con sus obligaciones y habían accedido a darle algo de tiempo, pero cada vez estaban más ansiosos.
También repasaron las estadísticas de sus redes sociales, y Lionetta tuvo que revisar y aprobar —o rechazar— las publicaciones que el equipo de publicidad de su agencia tenía programadas para subir.
Luego vinieron los contratos. Con la ayuda de Tazio, revisó uno por uno los beneficios de continuar trabajando con cada una de las marcas con las que había colaborado en los últimos años, así como las ventajas de asociarse a otras marcas que habían mostrado interés en ella. Debía decidir cuáles ofertas valían realmente la pena, y hacerlo con cuidado, porque no pensaba aceptar muchas.
—Al fin terminamos —dijo, levantándose.
Tazio no dijo nada mientras ella guarda