Lionetta estaba de pie cerca de la puerta del gimnasio, observando a Angelo trabajar con la fisioterapeuta. Sus pensamientos estaban a kilómetros de allí.
Angelo había comenzado a recordar, y confiaba en que pronto recuperaría la memoria. Y aunque eso la hacía feliz, también la inquietaba pensar en el accidente. ¿Cómo reaccionaría él al saber lo que había pasado ese día? ¿Y si Angelo la culpaba por su accidente?
Ella misma aún no se había perdonado del todo.
Le habría gustado hablarle de los problemas de su matrimonio, pero no sabía si era buena idea. No solo por cómo podía afectar a su recuperación, sino también porque no existía el mismo vínculo que en el pasado. ¿Cómo contarle que habían llegado a un punto tan frágil, tan lleno de distancia y reproches, que ella había pensado en dejarlo? ¿Y si él quería irse después de saber la verdad?
Soltó un suspiro y sacudió aquellos pensamientos. No tenía sentido torturarse con lo que aún no había pasado. Pensaría en ello cuando llegara el mome