Aquella propuesta, tan repentina, me toma por sorpresa. Sí, comprendo que la fecha de nuestra boda tendrá que retrasarse debido a lo que acaba de suceder, pero no entiendo por qué tanta premura. Lo noto nervioso, no sé lo que sucedió durante el lapso que transcurrió desde el instante en que nos fuimos a dormir hasta este momento, pero hay algo que lo tiene inseguro e inquieto. No es propio de él. Suele ser un hombre muy seguro de sí mismo. Necesito saber qué es lo que está pasando por su cabeza.
―¿Qué sucede, Lud?
Me incorporo sobre mis rodillas y fijo la mirada en la suya. Inhala profundo, antes de responder.
―Sé que han pasado cosas terribles en las últimas veinticuatro horas, que hay un gran peligro pendiendo sobre nuestras cabezas y haciendo m****a nuestras vidas ―nunca antes lo había visto tan alterado. Haría lo que sea para devolverle la tranquilidad que tanto necesita―. Pero… ―calla durante algunos segundos mientras me mira con una intensidad que eriza los poros de mi piel y hac