—Buenas noches, amor —dijo Monique mientras lo miraba acostada en la cama.
Sonrió cuando sus miradas se encontraron. Luego, Jacob se inclinó para darle un beso en la frente.
—Buenas noches, amor. Que sueñes bonito —susurró antes de apartarse.
Con una sonrisa, ella cerró los ojos y se acurrucó más cerca de él. Jacob acomodó la manta sobre ella y la abrazó. Quería que Monique cerrara los ojos y se quedara dormida. Así que él mantuvo los suyos abiertos, observando el techo blanco.
Pasado un rato, Jacob apartó la vista del techo y miró a su esposa, percibiendo su respiración suave, señal de que ya dormía. Levantó la mano para apartarle unos mechones de cabello que cubrían su rostro. Después, se quedó contemplando su expresión tranquila e inocente. La observó durante unos minutos más hasta que decidió levantarse con cuidado de la cama.
Tuvo cuidado de no despertarla, acomodó la manta sobre ella y tomó su celular de detrás de la almohada. Luego salió de la habitación en silencio y se dirigi