—Vamos, Monique —insistió Amy, tirando de su brazo para llevarla hacia la pista de baile, donde sus amigas se movían al ritmo vibrante de la música. Aunque al principio habían acordado salir a bailar, de algún modo habían terminado de nuevo en la mesa. Sin embargo, al ver a las demás disfrutando a lo grande, Amy no pudo resistirse e invitó a Monique a unirse. Era evidente que sus amigas estaban pasando una noche fantástica… algo que ella no estaba haciendo del todo.—Disfruta el momento, Monique. Baila como si no hubiera un mañana —la animó Amy con una sonrisa, marcando el compás de la música mientras avanzaban hacia la pista. Algunas de sus amigas ya estaban allí, bailando con euforia. Varias tenían las mejillas encendidas, señal clara de que habían bebido más de la cuenta. Monique, en cambio, evitaba hacerlo: esa noche le había tocado ser la conductora designada.Era una costumbre entre ellas; cada vez que salían de fiesta, una o dos se abstenían de beber o lo hacían con moderación,
Leer más