—¡Morana! ¡Sal de casa! —Justo terminaba de tomar mis cosas para ir a trabajar cuando logré reconocer los gritos de mis amigas fuera de casa, un escándalo que tengo por seguro alertó a todos los vecinos a salir de casa a ver.
Y las bocinas de la camioneta de Leah, siendo en ese momento cuando termine de tomar mis cosas y me asome para verlas a duras penas —Debido a mi mala visión. — estando ambas sacudiendo sus brazos fuera de la ventana para llamar mi atención.
—¡Chicas! ¿Que pasa? —Cerre la puerta a un paso algo apresurado, comenzando a correr hacia la camioneta para que puedan contarme que sucede al ver su apuro.
—¡Sube! ¡Sube! —Llamo Adeline, moviendo sus brazos
—¡Dios, que Atlas ya va a llegar!
—¿Cómo?
—¡Ay que subas! ¿O eres sorda acaso? ¡Ciega eres, pero sorda no!
—¡Voy! —Al final termine por subir a la camioneta, más por la insistencia de mis amigas que por decisión propia.
Camioneta que arrancó tan pronto como me subí, a una velocidad considerablemente alta que era digna de