Liam Jones.
Me senté en mi amplio escritorio, la luz tenue de la lámpara iluminaba sólo una parte del espacio.
Yo no podía razonar así; necesitaba entender lo que realmente estaba ocurriendo.
Suspiré, cerrando los ojos por un momento. La relación con mi padre siempre había estado marcada por la tensión y las expectativas disparadas.
Papá siempre esperaba obediencia y respeto incondicional.
"¿Por qué no crees en mí, Liam?", me había preguntado en aquel lamentable encuentro en la mansión familiar.
La idea de que Ava pudiera ser capaz de agredir a mi familia ya no era tan descabellada.
“No puedo seguir lidiando con esta locura”, murmuré para mí mismo, mientras mis dedos jugaban nerviosamente con un bolígrafo.
Aquella situación estaba fuera de control, y la última cosa que necesitaba era sumarle más conflictos, especialmente cuando se trataba de Noah y de mi padre.
La imagen de mi hermano menor apareció en mi mente:
Su rostro demacrado, los moretones visibles, signos claros de que