Ava Hills.
Desde que llegué a Milán, mis días han estado plagados de trabajo, luces brillantes y un mar de creativas ideas.
Cada desfile, cada cena con socios y otros diseñadores de alta costura ha sido un carnaval de glamour y elegancia.
Sin embargo, mientras me deslumbran los encantos de esta ciudad, mi mente siempre regresa a Liam.
La moda es, sin duda, una industria apasionante que consume cada fibra de mi ser.
Al caminar entre las luces del espectáculo, sintiendo la energía vibrante de los asistentes, no puedo evitar recordar las conversaciones que solía tener con Liam cuando era mi esposo.
Me gustaría compartir estos momentos con él, pero la distancia y las exigencias de este mundo creativo son abrumadoras.
Estoy atrapada en una serie de compromisos que me hacen sentir que estoy viviendo dos vidas a la vez: una en la pasarela y otra en mi corazón.
La atmósfera dentro del elegante restaurante está cargada de expectativa y sofisticación.
La decoración es un festín para los ojos; a