Capítulo 83. Vida injusta.
—¿Cómo? No entiendo— el detective creyó haber escuchado mal.
—Fui directo. Nadie debe saberlo fuera de estos oficiales, mi gente y yo— bajó la voz. —Si hay que pagar para...no me malinterprete, quiero que haga su trabajo y haremos el nuestro, pero no quiero que nadie sepa que mi prometida fue capturada por criminales, ¿me doy a entender?
—Señor Sullivan, entiendo su preocupación...
—No la entiende— el candidato tomó aire. —Será peor si lo saben. Créame.
El detective no quiso ahondar en ello. Lo peor de la situación era que había una ley que protegía a quien solicitaba algo así, y él estaba obligado a cumplirlo, como cada oficial.
—Quiero rutas, quiero contactos, quiero saber quién se ha movido en los vehículos abandonados —dijo el detective por el teléfono, dando las nuevas órdenes y transmitiendo las nuevas demandas del candidato. Se detuvo un instante, tragando saliva—. Y quiero resultados antes que el sol vuelva a salir.
Julian sintió calma al escucharlo. Lo vio acercarse a un of