Capítulo 84. Sensación asfixiante.
—Julián Sullivan— la voz temblorosa del candidato se dejó escuchar. Disfrazarla no pudo, ya que el desgaste que sentía no le permitió lograr tal cosa.
—¿Cómo lo trata la noche, candidato?— la voz divertida del sujeto que sujetaba el otro teléfono lo dejó con el hielo que se clavó en su estómago. —¿Se lo digo yo?
—Hagamos esto rápido— trató de sonar firme. Poco se logró. —¿Cuánto quieren por liberar a mi prometida?
—Dinero— la carcajada resonó como el viento más fuerte que lo había amenazado hasta ese momento. Él no lo entendió. Criminales cómo esos buscaban dinero solamente. —¿Nos ofreces dinero, cabrón hijo de puta? ¿Nos viste cara de necesitados?
El sujeto de barbilla recién perfilada apartó el teléfono.
—Nos ofrece dinero, hermanos.
Las carcajadas en conjunto llegaron a los oídos de Julian haciéndole ver que estos no eran unos pocos.
—Mira, maldit0 estúpido. Esto es para que aprendas que andar mencionándonos en idioteces políticas vamos a cobrarlo— caminó hacia donde la mujer e