Liah
—¡Qué hermosa está! ¿Cuándo una pelirroja ha dejado de ser atractiva y llamativa? —Respiro y me tranquilizo mientras mi cuerpo me traiciona. Era él después de tanto tiempo.
Observo a Sombra que está alerta.
—Siempre será un placer verla.
—¿Qué quiere?
—¿Dónde quedó su amabilidad? No es la misma que tenía cuando me fue a visitar a mi empresa.
¿Visita, empresa? ¡Ah, odio no recordar!
—Mi amabilidad es reservada, no con delincuentes.
—Ahora soy un delincuente.—Se ríe —. Solo he sido más astuto en los negocios y sus clientes me han preferido. ¿Eso me convierte en delincuente?
—No se haga el tonto, que no le queda. Usted carece de moral, valores y vergüenza.
—Siempre con ese carácter indomable y desafiante, como toda una pelirroja.
—No puedo cambiar mi manera de ser al igual que usted, y veo que tiene una obsesión por las pelirrojas.
—Son exóticas, únicas y escasas. Me encantan.
—Espero que no consiga ninguna. Sería una desgracia para la pobre chica.
—No me conoce y ya hace jui