Liah es terca, obstinada, independiente, arriesgada, y odia que le digan qué hacer. Dueña de una pequeña empresa de moda y publicidad, en un pueblo que aún vive en el siglo pasado. Nadie lo sabe, porque no es bien visto que la mujer se valga por sí misma, absurdo, pero así es, por lo tanto, le toca ser sumisa, callada, obediente y tranquila ante la sociedad. No se lleva nada bien con su hermana menor, Kira, quien ha decidido regresar de su largo viaje y poner sus ojos en el nieto del hombre más rico del pueblo que recién ha llegado al país y resulta ser el prometido de su hermana. Todo se complica cuando llega Leandro. Un hombre guapo, obstinado, arrogante, con una mirada que enamora y da miedo, se cree el dueño del mundo, y viene buscando un viejo amor sin saber qué es la prometida de su hermano. Lo que empieza como una desgracia, traiciones y toma de decisiones apresuradas, termina convirtiéndose en el mayor amor que podrías imaginar.
Ler maisDemetryUna vez salgo de la hacienda y me encuentro con mi guardaespaldas de confianza, le doy indicaciones de que averigüe qué está sucediendo.—No puedo apartarme de usted.—Voy a estar bien. Voy a la empresa y me limitaré a estar en lugares públicos, pero necesito saber si esta llamada es un chiste o mi mujer está en peligro.—Si confirmo que es cierto, no va a ir a ese encuentro.—Eso lo veré después. Ahora enfócate en descubrir si es cierto que un desgraciado se atrevió a poner sus sucias manos sobre mi esposa y ni una palabra de esto a nadie. Mucho menos a mi abuelo o a Leandro.—Sí señor.Kira, Kira, ¿en qué líos te metes? Si es verdad, espero que saques esas garras y te defiendas mientras busco cómo ayudarte y, si no es así, espero que no sea un truco para hacerme sentir más culpable de lo que ya me siento.Camino a la empresa, hago un par de llamadas a la ciudad, primero con Guille, que me dice que va adelantado al nuevo proyecto y a organizar todo para su boda y su traslado
LeandroIncreíble, la capacidad que tiene esta mujer para desaparecer y dejarme con ganas de darle unas nalgadas y no en el buen sentido de la palabra, pero cuando aparezca, conocerá mi ira.Inconsciente, mira la hora y ni señales de vida da, como si no supiera cómo están las cosas con mafiosos furiosos por su culpa. ¡Paciencia!De pronto, escucho mi teléfono, al ver la pantalla —“Mi Rosa”,—es ella. No voy a negar que me entra el alma al cuerpo.—¡Dios, mujer! ¿Se puede saber dónde estás? Mira la hora que es y no avisas.—Ya sé, lo siento. Estoy resolviendo un asunto importante y se me complicaron las cosas y ni siquiera llamar, había podido.—¿En dónde estás? Voy por ti.—¡No! —¿Cómo que no? Demonios.Calma, Leandro. Calma.—Estoy un poquito lejos, pero no estoy sola.—Si no estás conmigo, estás sola.—Leandro, no empieces. Estoy con Carlos y Luis.—¿¡Estás en la casa de un hombre!? ¿Me hablas en serio, Koller?—Sí, don gruñón. Estoy con dos hombres, en una casa, resolviendo un probl
No sé en qué nuevo problema se haya metido Liah, pero es evidente que es grave si hay delincuentes, secuestros y toda una comitiva con ella.Lo último que me imaginé era estar frente a él y en su casa, que era… nada de lujo, típico del sur pero muy limpia. Nos sentamos mientras los escucho hablar y yo solo me preguntaba:¿Qué rayos hace ayudándola? ¿quieren que lo maten?—No entiendo. Se supone que iba a hacer el trato y regresaba. De eso, hace unas horas, y Luis la dejó en casa. —Mencionó Carlos.—Sí. Pero tenía que cerciorarme de algo y no esperé encontrarla a ella secuestrada —responde Liah mirándome.—¿Cómo que secuestrada? ¿Me quiere decir qué sucedió?Carlos nos entrega un par de tazas de café. No pude evitar notar que, en vez de echarle azúcar como al de Liah, le agregó dos cucharadas de miel.Increíble que aún se acuerde de cómo me gusta. Observo a Liah y tiene su mirada en mí. Es cuando me doy cuenta de que sonreía como una tonta.—Visite la casa de Twin Ju — ¿Quién será ese?
LiahEscuchando, está escuchando. Dilo sin tanto rodeo…Te amo. Te amo. Te amo.No es tan difícil—Yo… Quería decirte que…«No hagas caso a las cosas que te dice un borracho».¡Rayos! ¿Por qué tengo que recordar eso justo ahora?—Dime lo que quieras. Yo estoy listo para escuchar lo que sucedió esa noche. —¿Esa noche?Claro. La muerte de mi tía y su madre.Flashback—¡Tía! ¡Tía! —No te le acerques — susurró. —No llores. Eres una Koller, sé la hija de tu padre, no una llorona. —Mencionó su madre. —¡Ellos! Son malos. Tía. Todo era confuso, sangre, gritos, mi tía. —Escúchame, pequeña. Tú puedes —dijo mi tía.—No dejes que se acerquen a la casa. Sal. Corre. —¡Correr! Pero… Tienes la valentía de tu padre, eres una niña muy valiente, prométeme que no dejarás que nadie más salga lastimado. ¡Corre! —Liah —la observo —prométemelo. —Lo prometo. No dejaré que nadie los agarre.—Entonces, corre.Me ayuda a salir y corro, corro lo más rápido que puedo.Fin del flashbackObservo a Leandro. ¿Q
Al salir de la oficina de Liah, cuando fui echado como un perro, le di órdenes a Luis y a Idel de doblegar su seguridad, la de la casa y la hacienda. No me agrada la actitud de ese hombre, mucho menos si trabaja con Twin Ju. Después de eso, maneje a la hacienda para hablar con Demetry y revisar algunos pendientes, algo que no le agrada. Lo que no esperaba era encontrar a don Juan aquí.—Don Juan, qué gusto tenerlo aquí, —dije.—Muchacho, ¿cómo estás? Vine a revisar la documentación con Demetry.Apenas me observó antes de concentrarse en la computadora y los papeles.—Qué bueno que usted esté aquí, así podemos conversar de los cambios y la revisión de los empleados.Demetry me ve con rabia y se aparta mientras verifico todos los papeles y los expedientes.—No soy tonto para no saber que estás haciendo esto por algo. Mejor dime, ¿qué pasa? ¾dice.—Si te digo, cometerás una imprudencia.—Ahora soy un imprudente, muy bien, sigo sumando mis cualidades en esa lista. No desconf
LiahHacer el amor con Leandro era uno de mis placeres favoritos; lo extrañaba. Algo ilógico cuando nunca me ha dejado, pero estar sin memoria era igual que perderse en un túnel oscuro con millones de salidas y no saber cuál escoger el correcto.Él sabía cómo deshacerme en sus manos y eso me encantaba, lo amaba y lo amo. Lo sabía y quería decírselo, pero este miedo de no ser correspondida, que esto fuera solo algo carnal, me detenía siempre en el último momento.— Estás muy callada, ¿sucede algo? —preguntó mientras acariciaba mi cabello y besaba mi hombro, espaldas a él.—¿Creí que dormías?—No. Solo recuperaba fuerzas para la próxima batalla de besos y caricias que me debes. — Sonreí.Realmente, no me dejará dormir.—Te dije que me tomaría mi tiempo contigo para ponerte de rodillas.Me di vuelta y quedé frente a él. Esa mirada verde me encantaba junto a esa sonrisa pícara y rostro relajado.—Pareces un hombre satisfecho de haber cumplido una fantasía.—Lo hice. Te tengo de regreso, el
Último capítulo