Mundo ficciónIniciar sesiónLiah es terca, obstinada, independiente, arriesgada, y odia que le digan qué hacer. Dueña de una pequeña empresa de moda y publicidad, en un pueblo que aún vive en el siglo pasado. Nadie lo sabe, porque no es bien visto que la mujer se valga por sí misma, absurdo, pero así es, por lo tanto, le toca ser sumisa, callada, obediente y tranquila ante la sociedad. No se lleva nada bien con su hermana menor, Kira, quien ha decidido regresar de su largo viaje y poner sus ojos en el nieto del hombre más rico del pueblo que recién ha llegado al país y resulta ser el prometido de su hermana. Todo se complica cuando llega Leandro. Un hombre guapo, obstinado, arrogante, con una mirada que enamora y da miedo, se cree el dueño del mundo, y viene buscando un viejo amor sin saber qué es la prometida de su hermano. Lo que empieza como una desgracia, traiciones y toma de decisiones apresuradas, termina convirtiéndose en el mayor amor que podrías imaginar.
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Siempre he sido la chica callada, la que deja que su familia disponga de su vida, quería ir a la mejor escuela del país, pero decían que en la ciudad son muy liberales, con ideas muy desarrolladas dónde la mujer tiene los mismos derechos y deberes que los hombres; algo que no está bien visto en este pueblo que se quedó en el siglo pasado, por lo tanto, tuve tutores privados hasta que llegó el momento de entrar a la universidad, algo que a mi familia no le agrado en absoluto, así que la única opción era estudiar desde casa, a diferencia de mi hermana.
Ella sí tuvo y tiene todas las libertades que yo desearía, a ella sí le ha permitido viajar multitudinariamente, nacional e internacionalmente, estudiar en la escuela del pueblo con todos los niños, e incluso ha vivido los últimos cuatro años en España con mis tíos. Nunca he entendido por qué a ella sí se le permite y a mí no. ¿Qué puedo decir?, después de todo soy la hija mayor y el futuro de mi familia depende de mí, o esa es la excusa de mi padre.
Quién solo me dio permiso de estudiar en la universidad siempre y cuando fuera algo referente a los negocios de la familia. Administración de empresa; aburrido y; por vía online. ¡Internet! En este pueblo atrasado, fue casi el fin del mundo, pero gracias a la familia Koller la gente ha logrado sobrellevar el tema, pero con restricciones.
La familia Koller es la más adinerada e influyente del pueblo junto a la mía y, según tengo entendido, su fama llega a nivel internacional. Ambas familias manejan el negocio de la producción de bebidas alcohólicas, aunque en diferentes categorías, mi familia también produce el cacao. Un buen café y chocolate para despertar los sentidos.
Se escucha hablar mucho de ellos, lo sé por las pocas veces que he tenido que viajar a la ciudad, por investigaciones y porque en una ocasión trabajé en su empresa anónimamente, y no precisamente como administradora.
Tengo un secreto. Estudié administración de empresas, sin embargo, mi pasión es el diseño gráfico, me encanta combinar textos con imágenes, el mundo del marketing, crear páginas web y hacer ese tipo de cosas; y soy muy buena en ello. Aproveché la generosidad de mi padre y decidí estudiar lo que me apasiona: algo que todos ignoran, obviamente; menos mi tía. Mi fiel compañera y cómplice en mis locuras.
Mi tía Míriam, que es la única que tenía permiso para acompañarme en mis viajes, dice que tengo derecho a ser libre como mi hermana. Kira es menor que yo; somos tan diferentes físicamente como en carácter.
También está Emma, mi mejor amiga, colega y socia de nuestra pequeña empresa de publicidad y marketing llamada L&E. La cual pasa desapercibida porque está escondida detrás de la fachada de una tienda de moda que maneja mi tía para hacerle el favor a una amiga. Algo que no es del todo una mentira.
Resulta que gracias a nuestros grandes proyectos nuestra marca se ha extendido y hemos logrado abrir dos agencias, una en la ciudad y otra aquí, en este pueblo, y a su vez abrí una tienda de moda. Fue más por mi tía, por todo su apoyo.
Mis padres creen que mi tía y yo ayudamos a una vieja amiga de ella trabajando en ese lugar, pero la verdad es que soy la dueña junto con mi mejor amiga, y mi tía, la utilizamos como nuestra oficina.
También está Myla que es la joven que contrató mi tía para que la ayude en la tienda de moda y ha terminado convertida en la asistente de ambas. Es una joven de veinte años, que también quiere salir de este pueblo y hacer su mundo, y la estamos ayudando.
Si la gente supiera la verdad, dirían que, en vez de ser las jóvenes más educadas y el ejemplo a seguir, seríamos las hijas de Satanás, las descarriadas y estaríamos desterradas de este pueblo.
—Liah, ¿dónde estás? Baja a cenar —esa es mi llamada a la realidad.
Bajé corriendo hasta llegar al comedor. Como es de costumbre, mi padre ya está sentado en la cabecera de la mesa, mamá a su lado y mi tía y yo del otro.
—¿Qué tanto haces encerrada en tu cuarto? —me pregunta papá.
—Leía sobre unos informes de la empresa, los que me diste para analizar.
—Cierto, ¿cómo vas con eso?
—Ya lo terminé. Creo que la propuesta está bien, pero se debe cambiar el diseño, debe ser más original y que atraiga a todo el público.
Nuestra familia se dedica a la producción y distribución de vinos, en algunos meses está por lanzar su nuevo producto y me pidió analizar algunos balances, creo que lo hizo para tranquilizar mi ira al reclamarle que no me tomaba en cuenta.
Papá y mi tío, son los encargados de manejar la empresa. Mi tío se encarga de la empresa en la capital y todo a nivel internacional, mientras que papá, de la producción en el pueblo, aunque viaja en situaciones especiales.
—¿Crees que debemos cambiar los diseños?
—Si queremos vender este nuevo producto de vino, tienes que hacer algo llamativo, elegante, divertido, sofisticado; algo que les guste tanto a los jóvenes como a los adultos. Esos diseños y el lema son más para gente de tu edad.
—¿Me estás diciendo, viejo?
—No, te estoy diciendo que tú piensas para los de tu edad y yo para los de la mía, así que debemos mezclar eso.
—Puede que tengas razón.
—Puede no, la tengo. Acéptalo.
—¿En qué momento esta niña se volvió más lista que yo?
—Ya basta de negocios, —interrumpe mamá —. Es hora de compartir en familia.
—Voy a decirle a Liam que contacte a la empresa que nos ha hecho las últimas publicidades, son muy buenos, —sí, que lo somos.
Hace unos años, Liam se convirtió en la mano derecha de mi padre en la empresa, y nos contactó para hacerles una publicidad; fue todo un éxito. Desde ese momento nos convertimos en la empresa oficial para la publicidad y el marketing de sus nuevos proyectos.
—¿Qué les dije? — dice mi madre y papá la mira con esos ojos de que “no interrumpas”, algo que hace que mamá baje la cabeza. Odio eso, pero según ella, solo ocurre frente a los demás, cuando están a solas, el pobre hombre no sabe ni qué hacer si mi madre esta enojada.
Yo no podría soportar que un hombre me trate así, no es que mi papá sea un maltratador, eso jamás, de hecho, nos mantiene como reinas, pero es un hombre que cree que la mujer nació para estar en casa, casarse, tener hijos y mantener a su esposo. Si me ha dejado a mí, estudiar y participar en los negocios es porque nunca pudo tener hijos varones y alguien debe saber el manejo de la empresa, para que cuando me case y mi esposo lleve mi parte del negocio, no se quiera pasar de listo. Absurdo.
—Está bien, mujer, dejaremos de hablar de negocios.
—Solo eso pido. Les tengo una buena noticia. Mañana llega Kira.
—¿Ese milagro? —Menciona mi tía con sarcasmo —. A esa niña le encanta estar en un avión por todo el mundo. Hace años que no se le ve la cara por aquí.
—Siempre tan sarcástica, cuñada, —responde mi madre—.Quiere estar con su familia, ha pasado bastante tiempo, y ya tiene veintitrés años, es hora de formar su familia.
—¿Se quiere casar? Eso sí, es sorpresa —vuelve a interrumpir mi tía,—. Con esa vida tan… viajera, pensé que sus ideas eran otras.
—Hermana, ya —interrumpe papá —. Kira es una niña que, aunque ha viajado y ha vivido fuera de esta ciudad, tiene muy bien inculcada sus raíces, conoce las reglas y la tradición de este pueblo; y mi hermano ha sabido cuidarla bien.
—Nadie dice lo contrario, Lois, pero es raro que una niña que prácticamente ha estado fuera de esta ciudad por más de cuatro años y ha viajado por el mundo, quiera regresar.
—En eso, mi tía tiene razón, todos los jóvenes que se han ido de este pueblo, ninguno ha regresado a vivir, y conociendo a mi hermana, eso es muy raro.
—No veo nada de malo en que mi hija quiera regresar a casa, además no es la única persona que regresa. Me enteré de que los nietos del señor Koller también regresan.
—Eso es mucho más raro todavía, —dice mi tía —. Ninguno de ellos ha pisado este pueblo desde que eran niños. La muerte de su pobre madre…
—Míriam. — La calla mi padre y continúa. —Creo que Nelio, en vista de su edad, ya quiere ver a quién de sus dos nietos le dará el poder para manejar sus negocios.
—Creía que sus nietos ya manejaban los negocios —. Opiné en voz alta.
—Sí, pero su heredero era Emilio, su único hijo. Al morir hace un año, ahora tiene dos nietos y debe decidir a cuál heredar.
—No entiendo, su hijo iba a heredar todo su imperio y este a su vez iba a heredar a sus hijos que son los nietos del señor, ¿no es más fácil heredar a los dos por igual?
—Koller nunca ha querido dividir su fortuna, por eso solo tuvo un hijo, ahora se ve envuelto en esta decisión.
—Sigo sin entender por qué se complica, entonces que heredé al más inteligente, ¿no?
—Ahí está el dilema: es que los dos son muy buenos empresarios y trabajadores, con ideas parecidas a las nuestras, pero uno es más llevadero, el otro es más impulsivo, desafiante, impositivo, no le gusta obedecer y discrepan mucho.
—Pero dicen que es un hombre muy guapo. —Mi tía, siempre viendo el lado positivo de las cosas —. Recuerdo que, de niño, era todo un galán, con esos ojos azules, ¿o eran grises?
—Azules. —Mencione y los tres me vieron.
—¿Lo recuerdas? —Pregunta papá con un tono de asombro.
—No. No sé ni porque lo dije.
—No importa, dicen que el joven es fuerte, tiene una mirada que derrite a las mujeres y es muy inteligente. Eso es difícil de conseguir, sería un buen partido para contraer matrimonio—termina de decir mi tía.
—Mientras que no sea conmigo. — Digo bien claro.
—¿Te quieres quedar para vestir santos? Sola y olvidada, ya mis amigas dicen que se te fue el tren, y que no te vas a casar—me reclama mamá por su “qué dirán”.
—En eso estoy de acuerdo, hija, ya es hora de casarte. Tienes veinticinco años, ¿qué esperas? Liam es un buen partido.— Aquí vamos con el tema.
—No me agrada ningún caballero, todos son…—machistas, arrogantes, con ideas trogloditas, y apenas los aguanto—, no son mi estilo.
—Ninguno es tu estilo — dice mi madre. — Ahora que llegue tu hermana, vamos a dedicarnos a buscarle un buen candidato, y puede que te encontremos algo a ti; porque me vas a ayudar.
—¿Por qué yo? No me metas en eso, para eso estás tú, mi tía y mi madrina, a mí no me incluyas en ese plan.—Ni loca.
—Eres su hermana, eres más sensata, con buen criterio e inteligente, conoces a los hombres de este pueblo y sabrás escoger bien.
Lo que me faltaba.
—Mejor esperamos a que Kira llegue y, que ella decida qué hacer, ¿te parece? —mencione para olvidar el tema.
—Buena idea, —interrumpe papá, — ya es hora de que mis hijas se casen y me den nietos.
Algo que no está en mis planes por ahora.
Después de esta conversación tan divertida, terminamos de cenar entre los chismes del pueblo, cosas sin sentido y la llegada de Kira, espero que no traiga problemas que hagan revolucionar esta casa.
-*-
Al día siguiente llego temprano a la oficina tratando de pensar en cómo me le voy a escapar a mi madre y a su idea de casamentera.
—¡Liah! —entra Emma gritando en la oficina—. Nos llamaron de la empresa de tu padre para hacer otro diseño, uno de café y otro de vino.
—¿Por eso gritas? Espera, ¿café? Papá, no mencionó eso anoche, solo hablamos del vino y lamento no habértelo dicho.
—Mujer, un día de estos vas a hacer que mi corazón se detenga del susto.
—No sé por qué te alteras cada vez que nos llaman, llevamos años trabajando con ellos.
—Porque son tus padres, mis padrinos, y si se enteran de que somos nosotras, nos fusilan en la plaza central.
Mi tía entra a la oficina con un par de café y galletas, siempre tiene que estar comiendo algo.
—¿Cuál es el escándalo?
—Emma está imaginando nuestro fusilamiento en la plaza central a mano de nuestros padres.
—Qué exageración, niña, no creo que lleguen a la plaza, —me reí.
—Hice un diseño, míralo a ver si te gusta.
Emma lo observa, mientras le explico el concepto y los colores que apliqué, vinotinto y blanco con dorado, al estilo de la empresa.
—Está hermoso, ¿Crees que les guste? ¿Y lo del café?
—No sabía que deseaba uno para el café, voy a indagar, pero lo haces tú.
—¿Está viendo doña Míriam?, ella nos mete en este problema y yo debo resolver, te recuerdo que yo me encargo de las relaciones públicas, tú del diseño.
—Y te recuerdo que esta es una sociedad y estudiaste lo mismo que yo. Además, tienes ideas maravillosas.
—Ideas que son bloqueadas cuando se trata de tu padre. Ahora, ¿cuál es el revuelo que hay en tu casa? Mi madrina está desde esta mañana correteando por toda la ciudad con sus amigas de la sociedad, dice que tiene una fiesta mañana en la noche.
—¿Tenemos fiesta? —pregunto a mi tía, que está igual de sorprendida que yo.
—Juro que no sé nada de eso, pero conociendo a mi cuñada ya me imagino los motivos de esa fiesta —Kira.
Unos minutos después entra Myla.
—La tienda está al tope de gente, quieren vestidos.
—Tu madre nos va a hacer trabajar, —dice mi tía, —dejemos a estas mujeres trabajando.
—No entiendo, por qué tanto revuelo.
—Kira llega hoy.
—¿Kira? ¿Por qué la reina de los viajes decide regresar? La última vez que la vimos, dijo que no regresaría a este pueblo del siglo veinte ni muerta.
—Dijo que quiere estar con la familia.
—Más extraño todavía, ¿qué trama?
—Démosle el beneficio de la duda, después de todo, no es mucho lo que pueda hacer en este pueblo.
Después de horas de trabajo cerramos la tienda y fuimos a casa, cuando llegamos todo está hecho un caos, hay ruido por todos lados, maletas, risas y Kira.
—¡Al fin llegan! ¿Por qué se demoraron tanto? —pregunta papá.
—Resulta hermano que la tienda estuvo hasta este momento con clientes en vista de que mañana tenemos una fiesta y no sabíamos.
—Mamá, me estaba contando que me tiene una fiesta y conocer algunos prospectos para casarme —menciona Kira mientras nos da un beso y abrazo de bienvenida.
—Creí que esperarías que llegara el nieto de los Koller, cuñada—dice mi tía.
—Sí, pero es bueno que las niñas vayan viendo los prospectos.
Kira me ve de forma extraña para terminar preguntando algo que es evidente.
—¿Te quieres casar, Liah?
—No, pero al parecer a esta familia le urge que esté casada.— Aclaré de mala gana.
—Es una fiesta y tu hermana también te ayudara a escoger a un buen hombre, —aclara mi madre.
—Lo sé y me agrada la idea — mi tía y yo nos miramos, y luego a ella.
—¿De verdad? —Respondí —¿No te molesta que te ayudé?
—No. Eres la mayor, la más correcta, perfecta y tienes un buen juicio; sabrás escoger bien. Mejor acompáñame a arreglar mis cosas.
Subimos a su habitación mientras yo arreglaba sus cosas, ella me contaba de sus aventuras.
—¿En serio no te molesta que mi mamá me haya puesto de chaperón?
—No, ella tiene razón, y no creo que consiga pretendiente tan rápido en este aburrido pueblo.
—¿Admites que es aburrido?
—Siempre ha sido aburrido, todo a la antigua, no creo que eso haya cambiado nada más porque hay internet.
La observé tratando de analizar sus intenciones, tal vez si nos extrañaba.
—¿Por qué me miras así? Parece que no te agrada que esté aquí.
—No es por eso, me sorprendió mucho esta decisión. La última vez que nos vimos dijiste que no volverías nunca y que no soportarías durar ni una hora aquí.
—Uno puede cambiar de opinión, Liah. La familia siempre hace falta y realmente los extrañaba, ¿qué tiene de malo querer casarse y formar una familia?
—Nada, pero de ti, no me lo imaginaba y mucho menos con alguien de aquí.
—Yo tampoco, pero ya ves que la vida te sorprende y no dejó de ser una chica de este pueblo.
—Está bien, espero que no te arrepientas de volver y no te metas en problemas.
—Nunca —en eso me entra una llamada de Emma, seguido de un mensaje.
“Urgente. Contrato. Capital. Koller. Seré asesina”— ¿Qué? ¿Cómo que los Koller?
Este lugar es horrible; definitivamente Kira sí sabe ser una enemiga en potencia.—Me da miedo preguntar cómo sabes de este lugar —dije.—Te dije que no viniera —reclama—. Pero eres terca y obstinada.Es una casa para una película de terror, sola, abandonada, sin nada más que árboles a su alrededor y ni eso.—Kira, esto huele horrible.—Así debe oler la basura, querida. Y deja de quejarte, que tú decidiste esto.—¿Yo? Pero sí estaba en coma.—Cierto. Me dejaste a mí a cargo, pero eres tú quien lo quiere vivo, no yo.—Mejor dime, ¿por qué decirle a Carlos?—Porque es un necio, insoportable, sobreprotector e inteligente que me siguió al verme tan “rara” con Lucas.—¿Y no querías que pensara mal de ti? —no dice nada, pero su alzada de hombros lo dice todo—. ¿Cómo lograste que entrara aquí?—Me encontré con un alma caritativa —enarco las cejas—. ¿Qué? No puedes dudar de que hago obras de caridad de vez en cuando; esta es una.—Este lugar da asco. Mejor entremos a ver a este ser para larga
LeandroMi vida es una burla, veinte años de mentira. Me quitaron a mis padres en mis narices y no pude hacer nada. Liah lo sabía, ¿por qué no puede contarme las cosas? Si tanto me ama, ¿Por qué no confía en mí?—Estás distraído—me susurra Aarón en plena reunión —. No has escuchado nada de la reunión.—No han dicho nada que no sepa.—Este negocio es importante, con lo que sucedió con HJ los inversionistas están a la expectativa.—Lo sé, no me lo tienes que repetir.Duramos unas horas más escuchando bobadas mientras me perdía cada tres segundos en la pantalla de mi teléfono a ver si tenía un mensaje o una llamada de Liah.Pasé toda la noche tratando de ordenar mis pensamientos, de que era la responsable indirecta de la muerte de mi madre y que no confió en mí para decírmelo, tuvo que hacerlo frente a todos.La amo, sin embargo, en este momento no puedo verla, necesito espacio, pensar las cosas. La necesito lejos de mí.—¿Estás de acuerdo, Leandro?—Mencionó uno de los socios.—Una vez qu
LiahEsto es más difícil de lo que pensé, pero casi morir y ver lo que las mentiras hicieron con Liam y nuestra familia es necesario hablar, aunque eso me cueste la felicidad.Conozco a Leandro y el tema de su madre es algo sensible y sé que al saber la verdad no va a querer saber nada de mí. Tal vez así tenía que ser.—Liah, acabas de salir del hospital, no es necesario —menciona mamá.—Sí, nos ha citado aquí a todos algo importante, quiere decir, ¿verdad? —dice Demetry. No esperé que viniera, pero me alegra que también esté presente.—Quiero decirles que recuerdo lo que sucedió aquel día y pensé mucho en si debía remover el pasado y algo tan doloroso que ha marcado a nuestras familias.—Liah, por favor.—No me interrumpas, Leandro —dije —. Sé que es un tema doloroso para todos los presentes, pero después de ver a dónde nos ha llevado esa noche, es necesario.»Quiero que sepan que sé que Leana y mi padre se quisieron alguna vez, y que la señora Koller amó hasta el último día de su vi
LiahPienso en cómo sería nuestra vida con un bebé, espero que donde esté él me perdone por no ser la madre que debí, porque definitivamente yo no me lo perdonaré.—Llora mi amor, está bien desahogarte—Tienes razones para odiarme, fui egoísta, irresponsable, problemática e hice que mataran a nuestro bebé.—Mi bebé está muy orgulloso de la madre que tiene, fuerte, luchadora, sin miedo de que no se dejó intimidar por nadie, que luchó hasta lo último por él.—Sabía que Liam me iba a matar y, en vez de tranquilizarlo y de comportarme, lo instigué. Lo herí. Quería lastimarlo como él te lastimó, no pensé en mi bebé, fui egoísta.—No fue tu culpa, deja de cargar con algo que no hiciste.¡Qué terco! Me aparto de él y lo observo.—¡No lo entiendes! Yo lo busqué, lo provoqué, ¿por qué no quieres ver y aceptar que es mi culpa?—Está bien, Liah. ¿Quieres que te eche la culpa de lo que sucedió? ¿te va a hacer sentir mejor? Fuiste una inconsciente al exponer tu vida y la de mi hijo de esa manera;
LiahEstá vivo, mi amor, está vivo, no estoy soñando. Tal vez estoy en el limbo, en una vida externa o mi cerebro terminó de explotar teniendo alucinaciones.Empiezo a ver a mi alrededor y todo está… es una habitación, fría, trato de hablar y no puedo. ¿Por qué? ¿Qué me pasa? Se me cierran los ojos, no quiero.—*——Hola— escucho a un doctor —. Las visitas de tu hermana te han hecho sentir mejor. Hicieron que te despertaras. —¿Visitas?, sigo sin poder hablar y apenas puedo moverme.El médico me da unas indicaciones las cuales cumplo.—Muy bien, no te esfuerces, al pasar de los días esa molestia en la garganta se pasará. Tu pulmón aún está en recuperación, por lo tanto, no vayas a hacer movimientos fuertes, igual debe verte el fisioterapeuta, pasaste mucho tiempo en cama.¿Mucho tiempo?, ¿por qué habla tanto? Tengo tantas preguntas, pero mi mente es un enredo de recuerdos. ¿Leandro sí está vivo? ¿Dónde está mi sombra? ¿Demetry está envenenado? ¡Mi bebé, por Dios! ¡Mi bebé!Trato de habl
Leandro En cuanto va a durar esto, quiero salir de aquí, pero si me voy, menos oportunidad de ver a mi rosa hay. Camino al área y veo a Kira, hablando como dos médicos.—Leandro —dice al verme —. Menos mal, estás aquí y no paseando por los pasillos.—¿Dónde más podría estar? ¿Pasó algo con Demetry?—Demetry debe entrar a cirugía de urgencia para cerrar una laceración o algo así, pero está bien.—Entre más rápido, mejor sabremos qué esperar. ¿Le pasó algo a mi rosa?—¡Qué negativo! No puedes ser educado, ni siquiera has saludado. Podrías decir: “Kira, qué gusto verte. ¿Cómo están mi esposa y mi hermano, ya que andas de un lado para el otro cuidándola?, ¿has descansado?” Cuya respuesta es no, y me recuerda que tienes que decirle a don Nelio que descanse, se ve muy agotado.—Ya lo sé, pero el abuelo es terco. Tal vez tu padre lo podría convencer.—Te recuerdo que en estos momentos no se toleran.—Son amigos de toda la vida, ya se arreglarán. Mejor dime qué hablabas con los médicos.—Qué
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