Liah es terca, obstinada, independiente, arriesgada, y odia que le digan qué hacer. Dueña de una pequeña empresa de moda y publicidad, en un pueblo que aún vive en el siglo pasado. Nadie lo sabe, porque no es bien visto que la mujer se valga por sí misma, absurdo, pero así es, por lo tanto, le toca ser sumisa, callada, obediente y tranquila ante la sociedad. No se lleva nada bien con su hermana menor, Kira, quien ha decidido regresar de su largo viaje y poner sus ojos en el nieto del hombre más rico del pueblo que recién ha llegado al país y resulta ser el prometido de su hermana. Todo se complica cuando llega Leandro. Un hombre guapo, obstinado, arrogante, con una mirada que enamora y da miedo, se cree el dueño del mundo, y viene buscando un viejo amor sin saber qué es la prometida de su hermano. Lo que empieza como una desgracia, traiciones y toma de decisiones apresuradas, termina convirtiéndose en el mayor amor que podrías imaginar.
Leer másLiah Me miro al espejo, con mi cabello suelto, mi piel blanca y pecosa, mis ojos verdes, mi cuerpo no tonificado y mi sobriedad. ¡Qué tonta en pensar que podía gustarle a alguien como Demetry! Era obvio que a los hombres les gusta alguien como Kira. Siempre es así; ella siempre consigue lo que quiere, no podía ser diferente. Fui muy ilusa al creer que el único hombre que me ha gustado no iba a caer en los encantos de mi hermana. Han pasado dos días y nadie se ha dignado a decirme lo que sucedió. Juegan a que todo está bien, y Kira siguiéndole la corriente como buena actriz y Demetry, aun sin darme la cara, una llamada o un mensaje. ¡Estúpida! Pensar que ese niño podía seguir queriéndome después de años. —Deja de llorar, —me dije al espejo: no seas tonta, no serás hermosa, no les gustarás a los hombres como los Koller, pero eres inteligente, astuta, exitosa, millonaria y profesional, no necesitas de ningún hombre para ser feliz. De repente, el sonido de mi teléfono me sobresalta,
DemetryEsto era lo correcto, es mejor arrepentirse ahora y solventar, que cometer un grave error que nos costará la vida.El abuelo tiene dos días sin hablarme, no quiere que le toque el tema. El señor Lois sigue sin querer que me acerque a su casa, y Kira no para de llorar por mensajes quejándose de Liah.—Buenas tardes, —, mencioné al ver a Guille y mi tía en la sala.—Hola, Demetry —saluda mi tía sin quitar la vista del libro que está leyendo.—El abuelo, ¿dónde está? No lo he visto en todo el día.—Salió a ver a Don Juan, y encerrado en el despacho o en tu habitación, no creo que lo veas. —Dice Guille.—Estado trabajando en los informes de la empresa, juntas por online y cuando me desocupo, me encargo de algunas cosas de la hacienda.—Yo que creía que no nos dabas la cara. —Aclama mi tía —. Es bueno saber que cumples con tu deber, por lo menos, en el campo laboral.Dame paciencia.—No sé por qué se molestan tanto por mi decisión, es mejor rectificar ahora. Amo a Kira, y me casaré
KIRA ¿Qué dijo? ¿Cómo sabe ella de eso? ¿A qué está jugando? —Te escucho, señorita sinceridad, y no se te ocurra decirme que no sabes de lo que te estoy hablando. Reacciona Kira. No hay manera que ella sepa lo que sucedió en España, aunque mentirle no es una opción. —No sé qué quieres que te diga. El único Elías que conocí, por así decirlo, fue un camarero que trabajaba en un café y no dejaba de acosarme. —¿Te acosaba? Fue quien te regaló el perfume y que aceptaste con gusto. —Soy educada, ¿qué querías? No podía botarlo a la basura. —Lo lanzaste por la ventana, ¿qué diferencia hay? Además, te conozco y sé que eres capaz de eso y más. —No sé qué insinúas, ni qué quieres escuchar. Esa es la verdad. Me observa, sin creerme una sola palabra, es una metida. —¿Por qué cree que te llamas, Carlota?— ¿De dónde saco esa información? —No lo sé. Es más, no tengo idea de dónde inventas tantas cosas. —Ahora estoy inventando. Más te vale que me estés diciendo la verdad, porque no quiero p
LIAHEl corazón me latía tan rápido que se me quería salir, no sé qué tiene este hombre que me pone tan nerviosa e irritante. Pero, sus ojos, ese par, tenían algo en particular que hacía que mi ser se estremeciera.—Te quedaste pensativa, ¿estás pensando en decirme quién soy?—Lo aparto una vez que vuelvo a mis sentidos.—Si no sabe usted, menos yo. Y no se acerque tanto, soy una mujer comprometida y esto no está bien.Su mirada y actitud cambiaron de una manera tan brusca y molesta, que se pudo sentir el cambio en el aire.—Tienes razón, la pelirroja dio su palabra, ¿la cumplirá esta vez?—Eso suena como un reproche. ¡Estoy loca!—Yo siempre cumplo con mi palabra. —Vuelvo a ver hacia la puerta y Emma ya no está. —De nuevo. Gracias. Adiós.Le doy un beso en la mejilla como si fuera algo natural y quedo en shock. No sé por qué hice eso.—Creo que me está afectando el vino —susurre.—Deberías tomar whisky, es mejor. —Responde con una sonrisa coqueta.—No me gusta el whisky, muy insípido pa
LIAHLlevo tres días pensando en lo que dijo el demente del camarero, Elías. Así dijo que se llamaba, pero no encajaba en lo que había dicho Kira.Ese hombre, lo que tiene de humilde, yo lo tengo de boba.—Hija —entra mi padre a la habitación —, nos regresamos en mañana al pueblo. Alista tus pertenencias.—Te ves serio, ¿sucedió algo en casa? —Se veía pensativo y papá nunca estaba serio, a menos que fuera por negocios o algo delicado en casa.—No, pero ya estuvimos mucho tiempo en la ciudad. Y tú, tienes un matrimonio que preparar.—Se va cerrando la puerta.Claro, exceptuando que el novio no me ha escrito ni llamado desde que llegué. ¿Seguirá molesto?Decido llamar a Emma y darle los últimos detalles para el evento de hoy y organizar lo que falta de los Koller, ahora que tenemos la lista de invitados y los obsequios estarán preparados para unas dos semanas, tal vez antes.—Hola, ¿cómo te fue? —Responde al primer tono.—Bien. Todo listo, ayer fui a ver a la organizadora de eventos que si
Leandro No sé cuánto tiempo llevamos en esta pose, pero se está volviendo mi favorita, algo que dudo que ella disfrute. Liah me mira con reproche, se ve linda. —¡Liah! Si no abres, tumbaré la puerta.—Más inoportuno. —Bien, presumida. ¿Qué decides? Colaboras y tenemos una conversación en sana paz o dejamos que tu padre entre y se desate el infierno. Retiro mi mano de su boca, pero sigo con mi cuerpo y mi mirada sobre ella. —¡Liah, ábreme! —¡Estoy bien! ¡Estaba bañándome, papá! —Sonreí. —Escuche un grito, y no me abres. —No estoy vestida, padre. Grité porque vi una alimaña en la habitación, —dice mirándome mientras me pellizca. Esa lengua viperina y atrevida. —Te dejo para que descanses. Seguro, estás bien. —¡Papá! —Dime. —Cuidado con lo que haces, —le susurró. Me saca la lengua.—Te la voy a morder por dártela de viva. —Descansa. —Le respondió. Esperamos unos minutos y ya no se escucha nada. Trata de empujarme y me mueve un poco para que no soporte tanto mi peso. —¡Quíta
LEANDROLas ideas de esta mujer me vuelven loco y me sorprenden, ¿cómo no se me ocurrió hacer esto? Había hecho todo un plan de trabajo increíble, pero no me quiso dar más información por protección.—Leandro — entra Aarón a mi oficina —, acabo de hablar con el señor Messer.—¿La parte interesante de esa llamada?—Rueda sus ojos.—Acaba de decirme que puedes hacer los cambios que necesites del producto en la exportadora, pero correrán por tu cuenta los impuestos por el retraso y firmar el contrato redactado por su hija sobre los cambios. Cosas protocolares que ya revisé y están excelentes.—Después de dos días, se le da por ser amable. Espera, ¿su hija?—Sí, yo quedé igual. Parece que tu cuñada no es una simple chica sumisa del pueblo, trabaja con su padre en la empresa o, por lo menos, tiene una idea de cómo se maneja porque supo dejar bien establecidos los términos.No se dejó someter por ese pueblo retrógrada, pero falta a su palabra, ¿quién lo diría?—Déjame ver el contrato para fir
KIRA No puedo creerlo, creí que pasarían más días, pero lo conseguí, solo es cuestión de esperar el gran paso, que no será nada fácil de manejar, pero que importa. Demetry sabrá cómo manejar el asunto, si es un hombre de verdad.Le escribo un mensaje para que me siga teniendo en sus pensamientos.K: Gracias por la linda tarde, me divertí. D.K: Yo también, siempre podrás contar conmigo.K: Gracias por escucharme. D.K:No me gusta que te traten mal, menos si es Liah, no es justo.K: Mi hermanita tiene un carácter frío, espero que sepa amarla para que su matrimonio sea duradero y no se enoje cuando demuestre quién es. D.K: Olvida eso. Quiero que sonrías, su sonrisa es más hermosa que las lágrimas que brotan de esos ojos.Esto debe estar resuelto antes de que regresen papá y Liah de la ciudad.—Kira
DEMETRYNo puedo creer que Leandro sea tan insoportable, obstinado, y sus misterios con este evento. ¿Qué se trae? Han pasado dos días y no dice nada.—¿Por qué será tan obstinado? No se puede hablar bien con él.—Diría que es conmigo, pero lo dudo. —Volteé y veo a Guille sentado en la sala a mi lado.—¿De quién hablas?—Leandro, está insoportable. No dice nada del evento, no se puede hablar con él. Además, ¿quiero saber quién diablos es el traidor?—Te enteraste del saboteo del lanzamiento.—Sí. Nio, me explico, quería saber sobre el software y la seguridad de la empresa. ¡No entiendo quién puede hacernos esto!—No sé, pero ya sospechabas de esto.—Pero confirmarlo es otra cosa. ¡Demonios!—¿Has hablado con Leandro?—No. Aún no, con ese carácter endemoniado y con esto, no quiero hablar con él.—Sobre todo, cuando estás indeciso con tus decisiones. —No estoy para tratar ese tema ahora.—Leandro, lo que necesita es una mujer; con la suerte que tiene; no entiendo esa manía de esperar por