Mundo ficciónIniciar sesiónDiego no supo qué pasó, simplemente Sebastián se fue contra un poste, chocando estrepitosamente. Él sintió el golpe detrás de su auto y vio el capó hecho acordeón y humeante. Se bajó y corrió a auxiliar a su amigo, que estaba inconsciente. No sólo llegó él, también llegaron los infaltables curiosos.
—¡Una ambulancia! —Gritó Diego, su amigo estaba con la cara ensangrentada… ¿¡De dónde salía tanta sangre!? Diego estaba desesperado.
—Ya viene en camino —avisó un carabinero del juzgado, acercándose a Sebastián.
—Debemos esperar la ambulancia, no sea que tenga alguna fractura…
—Sí, por supuesto —contestó Diego.
—¿Es su amigo?
—Amigo y colega.
—¿Sabe si estaba bajo el efecto de alcoho







