Mundo ficciónIniciar sesiónCuando Sarah volvió con Álvaro, éste la tomó de la mano y la miró expectante.
—Te amo —dijo ella.
—¿No te irás con él?
Ella lo miró y sonrió enamorada.
—Por supuesto que no, mi amor, ¿cómo crees? Te amo a ti, sólo a ti —se puso en punta de pies y lo besó.
—Tuve miedo —le confesó él sin dejar de besarla.
—No, mi amor, no tengas miedo, porque yo soy tuya, sólo tuya. Ya nos despedimos, ahora ya no queda nada, lo último, el último paso, la despedida, lo acabamos de dar. Y tengo dos cosas que decirte.
—Dime —le pidió él al ver que ella no hablaba.
—Ese hijo… era tuyo. Sebastián nunca estuvo con ella. Me pidió que lo perdonaras.
—¿Ya?
—Y me dijo que te dijera —sonri







