La noche de pasión inesperada entre el magnate de la industria hotelera Ricardo Wash y Arabella Orsini, cambió sus vidas para siempre. El resultado fue un embarazo y un acuerdo de matrimonio que ninguno de los dos deseaba. Ricardo siempre ha sido práctico, ni siquiera deseaba casarse, pero ¡Nunca permitiría que su posible hijo fuera ilegítimo! Por otro lado, Arabella no entiende cómo alguien puede ser tan desvergonzado como para no creer que el bebé que lleva en su vientre es suyo, y luego obligarla obligarse a casarse con él ¡Nunca imaginó que tendría que luchar por su libertad una vez más!.
Ler maisCapítulo 1 ¡Acuerdo matrimonial por un tiempo limitado!
Arabella Orsini se despertó con el cuerpo adolorido, al abrir los ojos distinguió una figura de un hombre muy alto frente al ventanal de la habitación, nunca espero que podía encontrarse con este hombre en la misma habitación, al mirar por debajo de la sabana que la cubría se vio completamente desnuda, en tanto él se encontraba vestido, en la cama todavía se observaban rastros de la noche de pasión vivida.
Aturdida se mordió los labios, al escuchar un ruido él se volteo lentamente – ¿Cuál es tu propósito oculto? ¿Por qué entraste anoche aquí a mi habitación aprovechandote de que estaba enfermo?
—No tengo ningún propósito oculto, solo lo seguí a su habitación para ayudarlo, porque lo vi muy debilitado, fue usted quien me hizo entrar a la fuerza
Ricardo Wash la interrumpió con impaciencia antes de que terminara de hablar —Te acercaste a mí, iniciaste una conversación y coqueteaste conmigo, bebimos juntos, como puedes decir que te hice entrar a la fuerza, además te has acercado a mí otras veces
—Solo me acerque porque ya nos habíamos visto antes y los dos estábamos solos, sin ninguna otra intención–no obstante, Arabella penso que desde hace mucho sentía una gran atracción física por este hombre
—Escucha si estás pensando que con esta jugada me atraparás, estás en un error. No tienes nada que yo quiera, ni dinero, ni poder. No estás mal físicamente, y puede que haya alguna pasión entre nosotros, pero solo es sexo y pudimos hacerlo porque había bebido, de eso te encargaste tú misma.
Este error no se volverá a repetir, no eres una niña, eres una mujer con la edad suficiente para saber a lo que te exponías, si bien yo estaba borracho enfermo tú no lo estabas y después de hoy no volveremos a vernos.
Arabella lo vio partir avergonzada, nunca en su vida había sido tan humillada, la noche anterior había asistido a un banquete de empresarios en este hotel de alta gama muy reconocido, se acercó a él, porque sentía una gran atracción física por ese hombre, él estaba solo y bebieron solo unos tragos, pero él se comenzó a sentir mal, por esta razón lo acompaño a su habitación, solo lo dejaría allí y se iría, nunca pensó que esto pasaría.
Habían coincidido en otros eventos, y esa noche cuando él la toco salvajemente se olvidó de sus inhibiciones, entregándose a él voluntariamente, no podía culpar a nadie más.
De pronto recordó que debía marcharse de allí, se bañó rápidamente, se vistió y se fue, estaba demasiado avergonzada.
…
Semanas después Arabella decidió ir al consultorio médico, se sentía muy mal, sentía repulsión por los alimentos, vomitaba todo lo que comía, había adelgazado, por otro lado, su mayor temor era que su menstruación se había retrasado.
—Señora usted está embarazada—le dijo el médico
— ¿Cómo… dice? ¿Embarazada?
—Según mis cálculos debe tener aproximadamente unas 6 semanas
Salió aturdida del consultorio, en sus manos llevaba el examen de sangre y las indicaciones médicas que respaldaban lo que dijo el médico, guardo el resultado en su bolso, sus manos temblaban, sentía que su mundo se desmoronaba
— ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo es posible que en solo una noche haya quedado embarazada?
Comenzó a llorar, no podía detenerse, ¿Qué haría con un bebe? ¿Cómo demonios me metí en este problema?
Cerca de ella, un hombre alto y de buena contextura la observaba, enseguida hizo una llamada telefónica
—La señorita Orsini acaba de salir de un consultorio de ginecología y obstetricia, la seguí hasta aquí
El rostro del hombre al otro lado del teléfono se ensombreció–Has averiguado que hacía allí
—Todavía no, Señor Wash
—Hazlo, ocúpate exclusivamente de eso
Ricardo Wash nunca pensó que caería en la trampa más vieja del mundo, muchas mujeres lo habían intentado, pero ninguna tuvo el poder de hacerlo caer en su trampa
…
—Arabella observaba al hombre a su lado, había sido obligada por 6 hombres que suponían eran guardaespaldas a venir hasta esta oficina, estaba aterrorizada.
Allí se encontró con Ricardo Wash, y su asistente le proporcionaba un documento escrito, y él al llegar ella le había dicho solo tres palabras
— ¡Te casarás conmigo!— de inmediato le fue dado para la firma un contrato prematrimonial, incluso no había tenido tiempo de respirar
Ella tragó saliva, solo alcanzo a decir— ¿Qué dijo…? —Balbució sin aire—. ¿Por qué…?
Ricardo Wash sonrió maliciosamente su tono no se alteró, —No te hagas la inocente, tú sabes las razones. El nuestro será un acuerdo matrimonial por un tiempo limitado
— ¿Un acuerdo matrimonial? Las palabras entraron lentamente a su cerebro. ¿La quería a ella para un acuerdo matrimonial?
— ¿De qué tipo de acuerdo está hablando? —le preguntó ella con mucho cuidado
— Firmaremos un acuerdo matrimonial, nos mantendremos juntos hasta saber si ese niño es mío, no permitiré la prueba de paternidad durante el embarazo para no dañar al bebe, esperaremos que nazca, si el niño es mío, lo criaremos juntos y tendrás el dinero que deseas.
—Antes de firmar revisa el contrato y fírmalo debes tener en claro lo que allí dice
— ¿Está loco? ¿Es un chiste? ¿De qué se trata esto?
Arabella seguía sin explicarse como llego a esta situación, se dio cuenta de que Ricardo Wash sabía lo de su embarazo y por esa razón le exigía que tenía que casarse con él, y firmar un contrato prematrimonial
El documento decia que se casarían, si se comprobaba que el niño era de Ricardo Wash, ella no podría llevarse al niño, no obstante podrían permanecer junto y criarlos como es debido hasta que tuviera la edad suficiente para que su separación no ocasionara ningún problema psicológico al niño. Los bienes que tengan cada uno de ellos, seguiran perteneciendo a su dueño cuando se divorcien
— ¿Cómo sabrás mientras que mi hijo es tuyo?
—Tendré la certeza cuando nazca, hasta entonces te quedarás conmigo, pagaré todos tus gastos, no podrás huir, te encontraré a donde vayas y haré tu vida y la vida de los que te rodean miserable, no te daré la oportunidad de usar a mi hijo en mi contra en un futuro
—Solo quiero vivir tranquila, mi siquiera pienso en molestarte, no hay necesidad de matrimonio no le negaré sus derechos
— ¡No es tan fácil! Y no creo en tus buenas intenciones, han pasado dos semanas después de que supieras la noticia
—Si mal no recuerdo, me dijiste que yo no tenía nada que tú quisieras, nuestra despedida no fue color de rosa
—La situación ha cambiado
Desde ese amanecer fatídico, Arabella Orsini, encontró en la rabia el impulso que necesitaba para seguir con su vida, no obstante, comenzó a sentirse mal y al acudir al médico para su sorpresa le dio esa noticia que cambiaría su vida.
Arabella Orsini observaba al hombre a su lado, la naturaleza había sido generosa con él, era muy alto debía medir mucho más de un metro ochenta, con un aspecto atlético, y una presencia física que lo hacía destacar en cualquier lugar donde se encuentre.
Su cabello bien peinado le daba un aire de elegancia y sofisticación indiscutible, y una barba muy cuidada acentuaba aún más su apariencia varonil.
Otro rango predominante en este hombre era su piel bronceada y su rostro bien definido. Vestía con elegancia ataviado con exquisitos trajes italianos hechos a medida, aunque incluso con un atuendo casual su presencia física era abrumadora.
Uno de sus mayores atributos lo representaban sus ojos oscuros que en este momento la miraban fijamente con desprecio.
— ¿Es necesario casarnos? ¿No está llevando esto demasiado lejos? Señor Wash no puede estar hablando en serio… Es imposible…
Él la miró altanero. –No creo que te tenga que explicar el por qué nuevamente –murmuró–. Ya te lo he dicho, y no soy de los que repite las cosas
—Escuche perfectamente, no quiere que huya o utilice al niño en tu contra –contesto enfadada—.No es necesario llegar tan lejos, no puedo, ni quiero huir, no soy así
—No tengo tiempo para esto, Arabella, es lo que querías cuando armaste tu plan–masculló él, alzando de nuevo la vista hacia ella– firma ya después nos marcharemos para casarnos
— ¿Cuál plan? ¿En otras palabras la culpa es solo mía?
– Sabes que no estaba consciente de lo que hacía, sé que lo hiciste a propósito, querías amarrarme a ti, pues lo has conseguido, pero esto te pesara, hasta que compruebe si tu hijo es mío, estarás conmigo, te vigilaré día y noche, si te vas te encontraré y te pesará ¡Acaba con esto!
Arabella Orsini, aprovecho las circunstancias y quedó embarazada. No tenía la seguridad de que fuera virgen esa noche, al menos no lo recordaba y percibía que le había tendido una trampa.
Esa condenada mujer había roto su voto sagrado, había jurado nunca tener hijos y mucho menos casarse nunca.
No se consideraba material de matrimonio, tampoco se veía en el papel de padre de ningún niño, odiaba esta situación y la odiaba a ella, además sus genes paternos no eran una buena herencia.
—Arabella, nos casaremos ante un juez y no pretendas huir, no llegaras lejos, ya te he dicho que haré de tu vida un infierno y los que me conocen saben que no amenazo en vano
Arabella contemplaba al hombre que estaba cerca de ella, Ricardo Walsh ahora le provocaba muchísimo temor, su imagen era la de un hombre despiadado e implacable, todas las personas que lo conocían lo decían, que este hombre no era capaz de sentir ni siquiera una emoción positiva, además su poder económico era inmenso.
Dos meses atrás de algún modo había desencadenado la pasión que habitaba dentro de él, y se había mostrado ardiente y apasionado y el resultado de esa pasión estaba en su vientre.
Esa noche solo me había provocado dolor y había aprendido la lección, no volvería a cometer el error de creer que este hombre tenía buenos sentimientos, nunca más.
Sus ojos negros la contemplaban con desprecio, una parte de ella quería demostrarle que sus palabras tanto de aquella noche como de este día no la destruirían, ella se consideraba más fuerte de lo que él pensaba, así que levanto su cabeza, no la vería derrotada.
Recordó el deseo con el que la había visto esa noche, pero al despertar en la mañana la miro con rabia, como si fuese una basura debajo de su zapato. También recordó sus duras palabras antes de marcharse furioso.
—Pues bien tampoco quiero que mi hijo crezca sin un padre, casémonos y espero que nunca se arrepientas de esa decisión
—Te lo advierto, no te estoy ofreciendo una relación romántica, no espero volver a acostarme contigo, nuestro matrimonio es solo de nombre y por el niño, pero no esperes nada más de mí y ni creas que podrás estar con otros hombres, si resulta que el niño no es mío serás libre y te iras con solo lo que trajiste puesto
— ¿Has terminado?
Después de esa amenaza Arabella no tuvo opción y firmo el acuerdo, más tarde ambos estaban delante de un juez, y tuvo que decir, lo acepto, ese fue todo el resultado de una noche de pasión
Una vez casados, él no la volvió a mirar y se dirigieron a un vehículo de lujo que vino a buscarlos, el chofer hizo un gesto amable al invitarla a subir al automóvil y se sentó al lado de Ricardo Wash, de inmediato pensó en lo idiota que había sido, simplemente la ignoro después de casarse
—Señor Wash quiero ir a mi casa
—No es posible, te llevaré a uno de mis apartamentos
—Tengo un empleo, ¿Dónde queda ese apartamento? Debo ir a trabajar
—Está en el centro, ¿Crees que puedes trabajar? Deberías pensar en el bienestar del niño, yo atenderé todas tus necesidades económicas, el será tu única prioridad, mañana iremos al médico,
— ¿A qué?
—Necesitaras un chequeo médico, luego trasladaras todas tus cosas a mi apartamento
—Ya me hice un examen de sangre e hice cita para el ecosonograma
—Eso no me sirve, estás muy demacrada
—Es por qué no puedo comer nada, todo me da náuseas
—Esa es la razón de que vayamos al médico, cuidaré del niño no nacido, aun por encima de ti misma
— ¡¿De qué hablas?! ¡Yo tengo mi propia vida y no necesito que nadie me dirija!— replicó furiosa causando que la sangre de Ricardo empezará a hervir y al sacarlo de quicio respondió furioso.
— ¡Olvídate de eso!—. Ella sintió terror cuando lo vio...
Epílogo — ¡Estos niños! —procedente de la cocina, venían Christopher y Nicolás de 4 años con Renato corriendo detrás de ellos Arabella, estaba trabajando en su ordenador portátil mientras tenía a su lado el coche con su niña de dos años, quien ahora se llevaba un juguete a la boca y miraba a todos con curiosidad— ¿Qué sucede Renato? —Mami, el abuelo Renato, está enojado—le respondió uno de los niños, realmente todavía no sabía cuál de los dos era Nicolás o Christopher Habían establecido una forma de distinguirlos, Nicolás tenía mayor peso, y era el líder, Christopher era más delgado, pero detallarlos tardaba un poco y en este momento había prisa por resolver el problema.— ¿Qué hicieron ahora niños? —Nada mami — ¡Esos niños, no pueden estar en la cocina! —Renato se sentó dándose aire con las manos en un sofá—me van a matar del susto, se montaron uno sobre el otro para alcanzar algo en el estante de la cocina y estaban muy cerca de la olla que la cocinera tenía montada, para colmo
Capítulo 112 Un matrimonio por amorLa felicidad de Emily no duro mucho, mientras se la llevaban del recinto observo que Ricardo levantaba a Arabella en sus brazos y que ellos hablaban. Lo que le dio a entender que a esa mujer, su mayor enemiga, no le había sucedido nada. Llena de ira, y rumiando su rabia, se resistió a dejarse llevar por los guardias, al final la sometieron y la condujeron a prisión. En tanto, Arabella, en los brazos de Ricardo, se calmaba un poco, solo había recibido un golpe en la cabeza, pero nada de gravedad, eso fue lo que le indicaron los médicos. A su alrededor, también estaban Ernesto y Amelia — ¡No se preocupen, estoy bien! — No volverás al tribunal Arabella —Ninguna de las dos— les dijo Ernesto —Esa mujer no es confiable, ni siquiera en un tribunal, de igual forma, no quiero ir más allí— les señalo Amelia —Yo tampoco, si no es necesario no volveré a ir—agrego Arabella … Ese nuevo intento de agresión en pleno tribunal se agregó a la lista de delitos c
Capítulo 111 ¡Mereces morir por lo que me has hecho! — ¡Por favor James!, ¡Sácame de aquí! ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no me has sacado de aquí? ¡Estoy desesperada, me voy a morir aquí!, las lágrimas corrían por las mejillas de Emily, James nunca la había visto así tan derrotada —No es tan fácil Emily, he hecho hasta lo imposible, pero nada de lo que he hecho, ha servido, no se ha podido, tendrás que esperar el juicio aquí —Porque eres tan inepto, estoy pensando en que eso es lo que quieres, tenerme aquí encerrada, hacerte con mi dinero, ya no creo que quieras ayudarme —No hay empresa, no hay dinero, en este momento estamos endeudados, estoy rescatando lo que hay, me deshago de los hoteles que no necesitamos, ya no somos los mejores del sector hotelero, tenemos muchas deudas, entiende estoy trabajando las 24 horas en rescatar tus negocios —Lo siento James, pero estar encerrada aquí es insoportable, entiende, son 4 paredes, me falta el aire, estoy demasiado nerviosa —Emily, el j
Capítulo 110 ¡Sácame de aquí! —Dime Ara ¿Por qué hay que esperar el juicio de esa mujer?—eso llenaba de rabia a Amelia, Arabella merecía tener su boda cuando quisiera —Queremos estar tranquilo, será un gran día para nosotros y necesitamos dejar todo solucionado. Según los psicólogos algunas situaciones exigen cerrar el círculo, si fuera necesario. —No entiendo ese afán, ella irá a prisión y ya, me lo ha asegurado Ernesto—le insistió con seguridad — ¿Ernesto? —pregunto Arabella con sarcasmo— Amelia, no te reconozco. —Sí, Arabella… te puedo decir algo— logró comentar con voz emocionada y entrecortada —Dime lo que quieras—Arabella se lleno de expectativa, ojalá sea la noticia que esperaba —Decidí confiar en él, me prometió que todo se arreglaría, y ahora creo que tenemos una oportunidad, me siento en paz conmigo misma—en verdad esas palabras que salieron de sus labios la hacían sentir muy feliz —Amelia, él me parece un hombre bueno, con muchos conflictos, es cierto, pero es un ho
Capítulo 109¿Por qué hay que esperar ese juicio? —Soy yo Amelia, abre por favor—su voz se escuchó como un ruego Amelia no pudo esperar más, y se decidió por fin, y abrió la puerta y con una seña lo invito a pasar, lo había extrañado muchísimo, tuvo el impulso de abrazarlo, pero se contuvo, sabía que eso no era prudente, no podría soportarlo e irían más allá de un simple abrazo. — ¿Cómo estás, Amelia? —la miro fijamente se podía ver la ternura en su mirada —Estoy bastante bien, solo extraño el movimiento de personas en la casa de Arabella y a los bebes. —Amelia…podrías volver a trabajar conmigo…me haces falta—esto dejo pensativa a Amelia, cuanto le hubiera gustado decir que sí, volver a verlo todos los días y gran parte del día, pero era peligroso para sus emociones —No es posible, ya me comprometí con Ricardo Wash y mañana vuelvo mi empleo —A mí me haces falta, te prometo que no voy a perturbarte solo quiero tenerte a mi lado como antes, que me apoyes —Lo lamento, pero no pu
Capítulo 108 Proposición de matrimonio—Arabella, Señor Wash, uno de los bebes no deja de llorarDe inmediato ambos se levantaron apresurados y acudieron a la habitación de los niños, allí uno de ellos lloraba a gritos en los brazos de la enfermera y se mantenían en el pasillo, mientras el otro bebe dormía en su cuna en el dormitorio.— ¿Qué le sucede? —Ricardo se lo quito de los brazos y comenzó a pasearlo caminando por el largo pasillo, su peor pesadilla era que uno de los bebes se enfermera—No sé bien—les dijo ella—puede ser cólico, ya le cambie los pañales y no es por hambre, he intentado darle el biberón y no lo quiere, desde hace un poco de tiempo lo noto extraño— ¿Y por qué no nos había dicho nada? —la férrea mirada intensa de Ricardo Wash dejo muda a la enfermera —Renato llama al pediatra dile que venga de inmediato, lo siento calienteArabella tocó al bebe—Sí, parece estar algo caliente, pero hace un rato estuvimos aquí y no lo observe así—Puede ser que le esté comenzando—
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