Nunca pensó que tendría tanta suerte

Capítulo 3 Nunca pensó que tendría tanta suerte

Arabella fue trasladada a una habitación muy confortable, aún no creía la noticia, de pronto recordó decir que su bisabuela tenía una gemela, nunca pensó que tendría tanta suerte. « ¿Qué más puede pasar? Mi vida no era fácil y ahora como voy a hacer»

«Como pude haberme quedado embarazada tengo 27 años, y apenas estoy iniciando una carrera, vivo en un pequeño apartamento compartido con mi mejor amiga, todavía no me he divertido lo suficiente, no tengo dinero  y para completar estos bebes son de un hombre exasperante, y dominante, estoy condenada de por vida»

Nuevamente, el sueño la venció era otra fase del embarazo, se durmió pensando que tendría que preguntarle al médico sobre eso y sobre su empleo.

Necesitaba trabajar no podía vivir a expensas de este hombre sombrío y autoritario, aunque sea impresionantemente rico, pensó que en algún momento tendría que huir en verdad, pero como podría sola hacerle frente a la manutención y atención que requerían dos niños, alguien allá arriba se estaba burlando de ella y está jugando conmigo, pensando en eso se durmió.

Ricardo observó a la mujer que no tenía problemas ni un horario para dormir, de pronto recordó que ella no había cenado,  era muy descuidada en esos asuntos, esta mujer no sería una buena madre debía aprender a cuidar a sus niños desde el embarazo y ella no estaba pendiente ni siquiera de comer, todo lo que hacía era dormir.

No podía entender como alguien estaba tan tranquilo, dada su situación. De pronto recordó lo que ella le decía en el trayecto a la clínica  ¿Y si pierdo a mi hijo? ¡No quiero perder a mi hijo! ¡Ayúdame por favor!

Esas palabras le llegaron al corazón, la observo, tenía la boca abierta y parecía que roncaba un poco, nuevamente se puso en posición fetal con las manos debajo de sus piernas, la sabana para arroparla quedo debajo de su cuerpo, así que se quitó la chaqueta y se la puso, dormía profundamente ni siquiera lo sintió.

Se dirigió a la parte de afuera de la habitación y allí vio a Renato— No ha cenado, busca algo para que cenemos los tres

— Está bien Señor Wash

— Después de comer vete al apartamento, me quedaré esta noche con ella

—Así lo haré….Señor todo saldrá bien, un niño es una bendición, dos niños son dos bendiciones, a veces las cosas solo deben suceder

Ricardo le sonrió levemente, —Anda antes de que se despierte, esa mujer lo que hace es solo dormir

—Voy,  Señor… recuerde que son gemelos, es una doble bendición

Al volver a la habitación, de la madre de sus supuestos hijos, la observo detenidamente, la había visto otras veces en diferentes eventos empresariales, sabía que era especialista en marketing y siempre había llamado su atención,  la mujer no era ni un poco parecida a las mujeres con las que salía, esta mujer tenía una espléndida figura con muchas curvas, piel bastante blanca  y unas magníficas piernas, además de un rostro de ángel enmarcado con una espléndida cabellera, lo que más le llamo la atención desde el principio fueron sus hermosos labios que siempre tenían un hermoso color rosado, no obstante, reconocía que para nada era parecida con las mujeres con las que salía.

Asistió a ese banquete de empresarios por obligación y sin su personal de seguridad, ya que se efectuaba en uno de sus hoteles; sin embargo, desde temprano tenía un gran malestar en todo el cuerpo, así que saludo a los que tenía que saludar y se fue hacia un rincón donde podía ser más observador que participante , cuando la vio desde lejos se notaba incómoda, aunque no podía negar que se veía deslumbrante y ella al verlo se acercó, lo saludo, le entrego con una copa de vino y comenzó a hablar sin importar que el solo respondiera con monosílabos, dejo de recordar y se sentó, decidido pasar la noche allí con ella.

Pasadas unas horas, Arabella Orsini se despertó, lo vio allí sentado y lo ignoro, comió algo de un plato con frutas que encontró cerca, y de inmediato volvió a quedarse dormida.

Ricardo nunca había visto una mujer que durmiera tanto, tendría que preguntar sobre esto al médico.

Al día siguiente salieron de la clínica con el compromiso de acudir a sus chequeos, la  aturdida Arabella tuvo que ver como este hombre la obligaba a desayunar, y el mismo le daba cada bocado, hasta que le dijo que ya no podía más.

Dentro del vehículo le comento —No tengo ropa para cambiarme, tampoco tengo mis cosas, mi ordenador, necesito hacer mi trabajo en línea

—Dale las llaves a Renato él se encargará de todo, y en tu habitación hay suficiente prendas de vestir, calzado, en fin lo que necesites, no me molestes con eso, cualquier cosa dile a Renato.

Ricardo sabía que estaba siendo exaspérante, pero no quería mayor intimidad con esta mujer,  su propósito en la vida había sufrido un breve tropiezo y eso es todo gracias a que se metió en su habitación cuando se sentía mal y quién sabe lo que había en la copa que le acepto.

La llevo al apartamento y el la acompaño a la habitación, al instante el volvió a salir, pero antes le dijo:

—Volveré en la noche, lo que necesites pídeselo a Renato y te hago una advertencia, no intentes salir, estas de reposo

En las oficinas desde donde dirigía su imperio hotelero y otros negocios propios y de su abuelo, Ricardo recibió la visita inesperada de Guillermo Brown, su abuelo materno. Este viejo a sus 80 años aún representaba una fuerza impresionante, y no existía una persona a en el mundo a quien Ricardo respetara más, fue hasta él y lo abrazo

—Abuelo ¿Qué haces aquí?

—Velar por el futuro de nuestra familia

—Nuestra familia solo tiene a dos personas, tú y yo

—Estás equivocado, hay un montón de primos deseando heredar mis propiedades

—Pensé que yo era tu heredero

—Estoy descontento contigo Ricardo

—Lamento escuchar eso

—Si bien es cierto que trabajas muchísimo y has elevado a nuevas alturas nuestra corporación, tu vida personal es un asco

—No sé a qué te refieres

—Vas a muchas fiestas, paseos en yates, eres muy asiduo a tus propios clubes, ya tienes 38 años, es el momento de  dejar esa vida disipada  y enseriarte ¿Crees que no se de tu amante actual?

—Son mis necesidades masculinas, no debes preocuparte

—Me preocupa tu edad, uno de tus amigo ya se casó y tiene un bebe, Emily espera por ti

—Nunca le prometí nada a ella, eso lo hiciste tú mismo, sabes lo que pienso del matrimonio

—eres un tonto, y debes recapacitar estás desperdiciando tu vida, tendré que buscar entre tus primos lejanos a mi heredero

—Tienes mi permiso

—He venido a obligarte a que cambies de opinión, Emily es una excelente mujer, no he trabajado como un condenado para enriquecer a esa familia de vividores cuando me muera, prefiero dejarle todo mi dinero a una organización benéfica, así que deja la juerga, olvida esas promesas que te hiciste a ti mismo, y dame un heredero, si no es con Emily, ya tengo una lista de excelentes candidatas para que te cases, no esperaré mas

—Estoy casado

— ¿Que dijiste?

—Estoy casado

—A ver explícate —al decir esto se llevó la mano al pecho y Ricardo observo que le faltaba el aire

—Está embarazada, abuelo

—Maldito imbécil—el abuelo se tambaleo y Ricardo corrió a ayudarlo a sentarse

—No me toques, como te has podido dejar enredar por una cualquiera, si querías casarte y tener un hijo, allí está tu prometida Emily

Sería difícil, mantener oculta su situación de su abuelo, a pesar de su edad era un hombre muy activo y siempre estaba vigilando su vida y sus acciones, así que era mejor que lo supiera por el mismo

—Lo siento abuelo, te falle, lo lamento mucho

—Donde está esa mujer

—En mi apartamento, ha tenido problemas con el embarazo, está de reposo

— ¿Qué te exige ella? —cada vez su abuelo estaba más rabioso, pero Ricardo sabía que tenía que darle toda la información de inmediato, era mejor así

—Nada hasta ahora, la tengo a mi lado hasta que se aclare todo, temí que huyera

— ¡Eres un estúpido! Al parecer no te he enseñado nada, estoy muy decepcionado, como va a perder la oportunidad con un hombre de tu posición ¡Quiero conocerla!

Mientras tanto en casa, Renato le entregaba a Arabella un ordenador, unas cosas personales que ya habían empacado Amelia y un bonsái que no había querido dejar atrás y las herramientas para cuidarlo

—Disculpe  las molestias, de verdad no es mi intención, pero necesito culminar un trabajo

—No se preocupe señora, ¡Estoy para servirle!  No dude en acudir a mí si necesita algo

—Y si necesito un vehículo para salir

—Todo menos eso, usted está de reposo, piense en los dos hermosos bebes, ellos valen la pena el esfuerzo

—Está bien, tiene razón

—Señor Renato, me puede llamar Arabella

—Con mucho gusto señora Wash, si usted me llama Renato

—Lo haré, gracias por todo, ha sido muy amable

A Renato le gustaba mucho esta lindísima joven, las cosas se pondrían interesantes en la vida del Señor Ricardo y pronto habría don bebes a quienes cuidar, así es…las cosas se están poniendo interesantes

Horas más tarde, Arabella ya había culminado algunos de sus trabajos en línea en el salón principal, en su tiempo libre realizaba publicidad en forma independiente, ya tenía una larga lista de clientes y trabajos realizados, eso ayudaba con sus ingresos.

Observo su bonsái, le había colocado en una mesa ubicada en el balcón, ese balcón se veía muy amplio, allí recibiría un poco de sol mientras se acostumbraba a esta casa —No te acostumbres mucho tengo él presentimiento que no duraremos mucho aquí—le dijo al pequeño árbol

Al decir esto la puerta del apartamento se abrió dejando entrar a un anciano  y al dueño de la casa detrás de él. Arabella no sabía que habría visitas así que no tuvo tiempo de esconderse en su habitación y lamentablemente su ropa  no era la adecuada, vestía un pantalón de jean y un suéter ancho que le llegaba a las rodillas

El hombre mayor la detecto de inmediato y en sus ojos pudo observar odio puro, la miro fijamente, desde ese momento Arabella se prometió a si misma que no se dejaría intimidar, no estaba aquí porque quisiera, Ricardo Wash la había traído bajo amenaza, quien iba a querer estar aquí con él, podía ser muy guapo, pero era profundamente desagradable y sus duras palabras con que se dirigía a ella, le hacían doler el corazón

— ¿Quién es usted? —Le pregunto el anciano

Arabella observó a Ricardo Wash, preguntándose si de verdad este hombre no explicó la situación, dado el parecido de los dos, suponía era su familiar, así que le tocaba a el explicar.

—Arabella Orsini, Señor

— ¿Qué buscas con mi nieto? ¿Qué haces aquí?

—Abuelo siéntate y hablemos

—Deja que ella me responda

—Creo que es mejor que le responda su nieto, yo en estos momentos apenas entiendo que hago aquí

—Eres una descarada

Arabella observó que el anciano no había tomado bien las noticias, suponía que ya le habían explicado, así que no quería ofenderlo más, se veía como si le faltará el aire

—Abuelo por favor, siéntate

—Quiero saber que persigue señorita

—Con mucho respeto Señor, no persigo nada, ni siquiera quiero estar aquí, y me disculpo, pero esta situación no la busque yo sola, estoy igual de afectada y sorprendida y quizás más que su nieto—las palabras de Arabella fueron muy claras aunque por respeto a este señor, uso un tono bajo, estaba acostumbrada a tratar con empresarios duros, otros eran unos sinvergüenzas y aunque joven, trabajaba y estudiaba desde los 18 años y no se dejaría humillar por ningún rico, saldría adelante como siempre

—Con honestidad, si el Señor Wash, me deja ir seré muy feliz 

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