Acuerdo de matrimonio solo por sus hijos
Acuerdo de matrimonio solo por sus hijos
Por: Milkaina
¡Acuerdo matrimonial por un tiempo limitado!

Capítulo 1 ¡Acuerdo matrimonial por un tiempo limitado!

Arabella Orsini se despertó con el cuerpo adolorido, al abrir los ojos distinguió una figura de un hombre muy alto frente al ventanal de la habitación, nunca espero que podía encontrarse con este hombre en la misma habitación, al mirar por debajo de la sabana que la cubría se vio completamente desnuda,  en tanto él se encontraba vestido, en la cama todavía se observaban rastros de la noche de pasión vivida.

Aturdida se mordió los labios, al escuchar un ruido él se volteo lentamente – ¿Cuál es tu propósito oculto? ¿Por qué entraste anoche aquí a mi habitación aprovechandote de que estaba enfermo?

—No tengo ningún propósito oculto, solo lo seguí a su habitación para ayudarlo, porque lo vi muy debilitado, fue usted quien me hizo entrar a la fuerza

Ricardo Wash la interrumpió con impaciencia antes de que terminara de hablar  —Te acercaste a mí, iniciaste una conversación y coqueteaste conmigo,  bebimos juntos, como puedes decir que te hice entrar a la fuerza, además te has acercado a mí otras veces

—Solo me acerque porque ya nos habíamos visto antes y los dos estábamos solos, sin ninguna otra intención–no obstante, Arabella penso que desde hace mucho sentía una gran atracción física por este hombre

—Escucha si estás pensando que con esta jugada me atraparás, estás en un error. No tienes nada que yo quiera, ni dinero, ni poder. No estás mal físicamente, y puede que haya alguna pasión entre nosotros, pero solo es sexo  y pudimos hacerlo porque había bebido, de eso te encargaste tú misma. 

Este error no se volverá a repetir, no eres una niña, eres una mujer con la edad suficiente para saber a lo que te exponías, si bien yo estaba borracho enfermo tú no lo estabas y después de hoy no volveremos a vernos.

Arabella lo vio partir avergonzada, nunca en su vida había sido tan humillada, la noche anterior había asistido a un banquete de empresarios en este hotel de alta gama muy reconocido, se acercó a él, porque sentía una gran atracción física por ese hombre, él estaba solo y bebieron solo unos tragos, pero él se comenzó a  sentir mal, por esta razón lo acompaño a su habitación, solo lo dejaría allí y se iría, nunca pensó que esto pasaría.

Habían coincidido en otros eventos, y esa noche cuando él la toco salvajemente se olvidó de sus inhibiciones, entregándose a él voluntariamente, no podía culpar a nadie más. 

De pronto recordó que debía marcharse de allí, se bañó rápidamente, se vistió y se fue, estaba demasiado avergonzada.

Semanas después Arabella decidió ir al consultorio médico, se sentía muy mal, sentía repulsión por los alimentos, vomitaba todo lo que comía, había adelgazado, por otro lado, su mayor temor era que su menstruación se había retrasado.

—Señora usted está embarazada—le dijo el médico

— ¿Cómo… dice? ¿Embarazada?

—Según mis cálculos debe tener aproximadamente unas 6 semanas

Salió aturdida del consultorio, en sus manos llevaba el examen de sangre y las indicaciones médicas que respaldaban lo que dijo el médico, guardo el resultado en su bolso, sus manos temblaban, sentía que su mundo se desmoronaba

— ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo es posible que en solo una noche haya quedado embarazada?

Comenzó a  llorar, no podía detenerse, ¿Qué haría con un bebe?  ¿Cómo demonios me metí en este problema?

Cerca de ella, un hombre alto y de buena contextura la observaba, enseguida hizo una llamada telefónica

—La señorita Orsini acaba de salir de un consultorio de ginecología y obstetricia, la seguí hasta aquí

El rostro del hombre al otro lado del teléfono se ensombreció–Has averiguado que hacía allí

—Todavía no, Señor Wash

—Hazlo, ocúpate exclusivamente de eso

Ricardo Wash nunca pensó que caería en la trampa más vieja del mundo, muchas mujeres lo habían intentado, pero ninguna tuvo el poder de hacerlo caer en su trampa

—Arabella observaba al hombre a su lado, había sido obligada por  6 hombres que suponían eran guardaespaldas a venir hasta esta oficina, estaba aterrorizada.

Allí se encontró con Ricardo Wash, y su asistente le proporcionaba un documento escrito, y él al llegar ella le había dicho solo tres palabras

 — ¡Te casarás conmigo!— de inmediato le fue dado para la firma un contrato prematrimonial, incluso no había tenido tiempo de respirar

Ella tragó saliva, solo alcanzo a decir— ¿Qué dijo…? —Balbució sin aire—. ¿Por qué…?

Ricardo Wash sonrió maliciosamente su tono no se alteró, —No te hagas la inocente, tú sabes las razones.  El nuestro será un acuerdo matrimonial por un tiempo limitado

— ¿Un acuerdo matrimonial?  Las palabras entraron lentamente a su cerebro. ¿La quería a ella para un acuerdo matrimonial?

— ¿De qué tipo de acuerdo está hablando? —le preguntó ella con mucho cuidado

— Firmaremos un acuerdo matrimonial, nos mantendremos juntos hasta saber si ese niño es mío, no permitiré la prueba de paternidad durante el embarazo para no dañar al bebe, esperaremos que nazca, si el niño es mío, lo criaremos juntos y tendrás el dinero que deseas.

—Antes de firmar revisa el contrato y fírmalo debes tener en claro lo que allí dice

— ¿Está loco? ¿Es un chiste? ¿De qué se trata esto?

Arabella seguía sin explicarse como llego a esta situación, se dio cuenta de que Ricardo Wash sabía lo de su embarazo y por esa razón le exigía que tenía que casarse con él, y firmar un contrato prematrimonial

El documento decia que se casarían, si se comprobaba que el niño era de Ricardo Wash, ella no podría llevarse al niño, no obstante podrían permanecer junto y criarlos como es debido hasta que tuviera la edad suficiente para que su separación no ocasionara ningún problema psicológico al niño. Los bienes que tengan cada uno de ellos, seguiran perteneciendo a su dueño cuando se divorcien

— ¿Cómo sabrás mientras que mi hijo es tuyo?

—Tendré la certeza cuando nazca, hasta entonces te quedarás conmigo, pagaré todos tus gastos, no podrás huir, te encontraré a donde vayas y haré tu vida y la vida de los que te rodean miserable, no te daré la oportunidad de usar a mi hijo en mi contra en un futuro

—Solo quiero vivir tranquila, mi  siquiera pienso en molestarte, no hay necesidad de matrimonio no le negaré sus derechos

— ¡No es tan fácil! Y no creo en tus buenas intenciones, han pasado dos semanas después de que supieras la noticia

—Si mal no recuerdo, me dijiste que yo no tenía nada que tú quisieras, nuestra despedida no fue color de rosa

—La situación ha cambiado

Desde ese amanecer fatídico,  Arabella Orsini, encontró en la rabia el impulso que necesitaba para seguir con su vida, no obstante, comenzó a  sentirse mal y al acudir al médico para su sorpresa le dio esa noticia que cambiaría su vida.

Arabella Orsini observaba al hombre a su lado, la naturaleza había sido generosa con él, era muy alto debía medir mucho más de  un metro ochenta, con un aspecto atlético, y una presencia física que lo hacía destacar en cualquier lugar donde se encuentre.

Su cabello bien peinado le daba un aire de elegancia y sofisticación indiscutible, y una barba muy cuidada acentuaba aún más su apariencia varonil.

Otro rango predominante en este hombre era su piel bronceada y su rostro bien definido. Vestía con elegancia ataviado con exquisitos trajes italianos hechos a medida, aunque incluso con un atuendo casual su presencia física era abrumadora.

Uno de sus mayores atributos lo representaban sus ojos oscuros que en este momento la miraban fijamente con desprecio.

— ¿Es necesario casarnos?  ¿No está llevando esto demasiado lejos? Señor Wash no puede estar hablando en serio… Es imposible…

Él la miró altanero. –No creo que te tenga que explicar el por qué nuevamente –murmuró–. Ya te lo he dicho, y no soy de los que repite las cosas

—Escuche perfectamente, no quiere que huya o utilice al niño en tu contra –contesto enfadada—.No es necesario llegar tan lejos, no puedo, ni quiero huir, no soy así

—No tengo tiempo para esto, Arabella, es lo que querías cuando armaste tu plan–masculló él, alzando de nuevo la vista hacia ella– firma ya después nos marcharemos para casarnos

— ¿Cuál plan? ¿En otras palabras la culpa es solo mía?

– Sabes que no estaba consciente de lo que hacía, sé que lo hiciste a propósito, querías amarrarme a ti, pues lo has conseguido, pero esto te pesara, hasta que compruebe si tu hijo es mío, estarás conmigo, te vigilaré día y noche, si te vas te encontraré y te pesará  ¡Acaba con esto!

Arabella Orsini, aprovecho las circunstancias y quedó embarazada. No tenía la seguridad de que fuera virgen esa noche, al menos no lo recordaba y percibía que le había tendido una trampa.

Esa condenada mujer había roto su voto sagrado, había jurado nunca tener hijos y mucho menos casarse nunca.

No se consideraba material de matrimonio, tampoco se veía en el papel de padre de ningún niño, odiaba esta situación y la odiaba a ella, además sus genes paternos no eran una buena herencia.

—Arabella, nos casaremos ante un juez y no pretendas huir, no llegaras lejos, ya te he dicho que haré de tu vida un infierno y los que me conocen saben que no amenazo en vano

Arabella contemplaba al hombre que estaba cerca de ella, Ricardo Walsh ahora  le provocaba muchísimo temor, su imagen era la de un hombre despiadado e implacable, todas las personas que lo conocían lo decían, que este hombre no era capaz de sentir ni siquiera una emoción positiva, además su poder económico era inmenso.

Dos meses atrás de algún modo había desencadenado la pasión que habitaba dentro de él, y se había mostrado ardiente y apasionado y el resultado de esa pasión estaba en su vientre.

Esa noche solo me había provocado dolor y había aprendido la lección, no volvería a cometer el error de creer que este hombre tenía buenos sentimientos, nunca más.

Sus ojos negros la contemplaban con desprecio, una parte de ella quería demostrarle que sus palabras tanto de aquella noche como de este día no la destruirían, ella se consideraba más fuerte de lo que él pensaba, así que levanto su cabeza, no la vería derrotada. 

Recordó el deseo con el que la había visto esa noche, pero al despertar en la mañana la miro con rabia, como si fuese una basura debajo de su zapato. También recordó sus duras palabras antes de marcharse furioso.

—Pues bien tampoco quiero que mi hijo crezca sin un padre, casémonos y espero que nunca se arrepientas de esa decisión

—Te lo advierto, no te estoy ofreciendo una relación romántica, no espero volver a acostarme contigo, nuestro matrimonio es solo de nombre y por el niño, pero no esperes nada más de mí y ni creas que podrás estar con otros hombres, si resulta que el niño no es mío serás libre y te iras con solo lo que trajiste puesto

— ¿Has terminado?

Después de esa amenaza Arabella no tuvo opción y firmo el acuerdo, más tarde ambos estaban delante de un juez, y tuvo que decir, lo acepto, ese fue todo el resultado de una noche de pasión

Una vez casados, él no la volvió a mirar y se dirigieron a un vehículo de lujo que  vino a buscarlos, el chofer hizo un gesto amable al invitarla a subir al automóvil  y se sentó al lado de Ricardo Wash, de inmediato pensó en lo idiota que había sido, simplemente la ignoro después de casarse

—Señor Wash quiero ir a mi casa

—No es posible, te llevaré a uno de mis apartamentos

—Tengo un empleo, ¿Dónde queda ese apartamento? Debo ir a  trabajar

—Está en el centro, ¿Crees que puedes trabajar? Deberías pensar en el bienestar del niño, yo atenderé todas tus necesidades económicas, el será tu única prioridad, mañana iremos al médico,

— ¿A qué?

—Necesitaras un chequeo médico, luego trasladaras todas tus cosas a mi apartamento

—Ya me hice un examen de sangre e hice cita para el ecosonograma

—Eso no me sirve, estás muy demacrada

—Es por qué no puedo comer nada, todo me da náuseas

—Esa es la razón de que vayamos al médico, cuidaré del niño no nacido, aun por encima de ti misma

— ¡¿De qué hablas?! ¡Yo tengo mi propia vida y no necesito que nadie me dirija!— replicó furiosa causando que la sangre de Ricardo empezará a hervir y al sacarlo de quicio respondió furioso.

— ¡Olvídate de eso!—. Ella sintió terror cuando lo vio...

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