Mia
Hay algo intoxicante en el poder absoluto. Y a veces, me pregunto si mi obsesión por controlarlo todo ha sido lo que me ha mantenido firme, o si simplemente no soy capaz de dejarlo ir.
Desde que Mia entró en mi oficina y jugó su carta de desafío, algo en mí se agitó. No es la primera vez que alguien se atreve a cuestionarme. No es la primera vez que me desafían. Pero sí es la primera vez que lo hacen con esa sonrisa retadora, esa mirada arrogante que dice más que mil palabras. Como si ella estuviera segura de que puede ganarme.
No me equivoqué. Mia sabe lo que está haciendo. Y es eso lo que me pone más nervioso. La últ