Liliana tras salir del salón donde ensayaba, tomo un taxi y fue a casa, su pecho dolía, su corazón también. ¿Qué era lo que Gabriel pretendía haciendo lo que hizo? ¿Acaso la consideraba alguien que podía tomar y dejar cuando el quisiera? ¿quería aprovecharse de su condición?
La joven no podía sacarse de su cabeza las palabras de Gabriel.
- ¡No! ¡No lo hagas! ¡Necesito esto! Solo dame unos segundos más…
Liliana no podía entender que pasaba por la cabeza de aquel hombre, ella había estado tratando de evitarlo puesto que, el solo hecho de verlo le dolía ¿y ahora esto?
La joven llego a casa, fue directo a su habitación y rápidamente se quitó la ropa que llevaba puesta, tal como si la quemara, se metió directo a la ducha y trato de quitarse el olor al perfume de Gabriel.
Durante el proceso, no pudo evitar llorar, múltiples recuerdos llegaban a su mente. Él había sido a lo único que se había aferrado luego de años de soledad.
Al a falta de Dayana, Liliana esperaba que un día aquel caba