Thiago Cedeño, al final, había recibido todos y cada uno de los embates que surgieron, luego de ser expuesto el pasado de su familia y Liliana Cedeño Covalín. Al parecer, el fantasma de su hermana y su turbio pasado le estaban cobrando fuertemente la factura.
El hombre había tratado de salir adelante, pero por más intentos, luego de que Gabriel Garza convenciera a los demás accionistas de abandonar el barco, Thiago no tuvo más remedio que, declarar la empresa en bancarrota y vender todo lo que tenía para liquidar a sus trabajadores.
Tras aquello, se enfrentó a la furia de Rebeca, su madre, y de Cinthia, su hermana, pues ellas, de la noche a la mañana, vieron cómo Thiago les canceló las tarjetas de crédito, el depósito de cada mes dejó de llegar y los lujos a los que estaban acostumbradas se fueron acabando.
Al parecer, tanto madre como hija, no lograban entender que ya no eran millonarias, que el sueño dorado se había esfumado, así que, debían de dejar de gastar como si lo fuesen.
Thia