De vuelta en México, Thiago se mantenía en completo silencio, pues ¿Qué más puedes decir? Sí, el hombre frente a ti, tiene todo el poder.
En este momento, Thiago, aunque por dentro lo estuviera carcomiendo la ira, debía mantener la calma, ya había perdido mucho y aún estaba por perder más, pero, si continuaba remando contracorriente, era claro que las cosas no acabarían nada bien.
- Señor Meisel, aquí mismo está el señor Cedeño y me complace decirle que, ha aceptado todas las peticiones. Yo mismo seré el que se encargue de hacer las gestiones que se requieran para acabar con este tema de una vez por todas. -dijo el presidente con calma fingida.
- ¡Muy bien! ¡Eso está perfecto! Contando con su palabra, ahora mismo, estoy frente a Miss Laurent, quien necesita escuchar de viva voz lo que ocurrirá a partir de ahora. -dijo Heinrich con gran facilidad.
Todo sucedía como si de un plan magistral se tratase, aunque para Heinrich solo era un día más que necesitaba concluir.
En el caso de Th