Una vez sentados en aquella mesita que muchos recuerdos les traía, Robert tomó un sorbo de su té y dijo:
- Hace mucho que no podía sentarme así de tranquilo para probar el té.
Anya lo miró y no sabía cómo responder, ella solo quería saber qué iba a suceder.
- ¡Yo también lo extraño! -dijo Robert con un dejo de nostalgia.
- ¿Él no va a volver, verdad? -preguntó intuyendo la respuesta.
- Esa pregunta no creo poder contestarla, Theo es un buen hombre, tú eres una buena mujer, pero tal vez no están destinados a estar juntos…
- Robert… -dijo Anya con sorpresa.
- Anya, eres una chica joven, aún tienes mucho que vivir. Debes recuperar los años que no viviste como debias, estás en una muy buena edad para hacerlo.
En el caso de Theo, él ya está en Londres, lo último que supe, es que vive solo en un apartamento que rentó en el centro. Aunque parece que no está presente, sigue dirigiendo los negocios aquí de manera remota.
Theo se tomó un mes fuera, ¿Qué haya hecho en aquel tiempo? Ni yo lo sé, é