La madrugada trajo consigo un silencio inquietante. Julia se despertó con la sensación de que algo estaba por suceder. El aire dentro de la mansión estaba cargado de tensión, y el instinto del multimillonario no fallaba: sus sentidos estaban alerta, listos para cualquier movimiento inesperado.
—Algo se acerca —susurró él, mientras caminaba de un lado a otro, sin poder quedarse quieto.
Julia lo observó, comprendiendo que no era paranoia. La amenaza que se cernía sobre ellos era real y tangible. Los documentos de la oficina, las llamadas sospechosas, la información filtrada… todo apuntaba a un enemigo que conocía demasiado sus vidas, y que estaba dispuesto a atacarlos en su punto más débil: su amor.
La confrontación
Al mediodía, llegaron noticias inquietantes: uno de los socios más cercanos había sido contactado por la competencia, ofreciéndole un trato que pondría en riesgo toda la empresa. El multimillonario reaccionó de inmediato, reuniendo a Julia y a su equipo para diseñar un plan