Capítulo 40: Amo a mi mujer

Max

"Mi Titán."

Fueron apenas dos palabras.

Suaves, vestidas de ternura, pero me golpeó con la fuerza de un trueno. No por lo que significaba, sino por lo que venía detrás.

Porque ella me la había dicho.

Porque ella, después de todo, me había elegido ese apodo. Uno que no se le da a cualquiera. Uno que pesa.

Mi pecho se expandió como si me hubiera llenado de aire nuevo.

Mi Motita no lo sabía, pero me estaba haciendo temblar desde adentro.

Me quedé mirándola, sabiendo que cualquier movimiento brusco, cualquier paso en falso, podía romper esa confianza que me estaba entregando.

En ese instante la vi diferente. Ya no como la mujer que estaba protegiendo. Sino la que me enseñaba, sin darse cuenta, a como cuidarme a mí mismo. Cómo sanar lo que ni siquiera sabía que estaba roto.

Quise abrazarla. Quise besarla. Quise tomarla con todo lo que estaba sintiendo y fundirme con ella ahí mismo.

Así que lo hice.

No con la intensidad que hubiera querido, no con la fuerza que mi cuerpo pedía.

Mi ma
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