(Narración en tercera persona)
La revelación del trágico accidente provocado cuelga en el aire como un humo espeso y venenoso. Olivia casi podía saborear el peligro, el frío cálculo detrás de esas palabras. Pero antes de que pueda ahondar, antes de que su mente, aún frágil, pueda procesar completamente la enormidad de esa conspiración, Lion desvía el tema con una maestría fatigada pero efectiva.
—¿Accidente provocado dices? —Inquirió cruzándose de brazos.
Él ve el destello de alarma en sus ojos, la confusión que nubla sus ojos momentáneamente y el alivio de la confesión anterior. No puede permitir que se sumerja en eso ahora. No cuando él está tan débil, tan incapaz de protegerla de la verdad completa, de las pesadillas que conlleva. Un espasmo de dolor real o fingido cruza su rostro, y aprieta los ojos por un instante, desviando su atención.
—Eso… ya no importa ahora. —Murmura el rubio con su voz gastada, pero con un deje de firmeza final. —Ya lo estoy investigando. Es asunto mío.
Ha