Mi conversación con Gael no se extiende más allá, porque uno de sus familiares lo llama a acercarse a ellos. Cuando me quedo sola de nuevo, repaso mentalmente la sonrisa que practiqué frente al espejo: dulce, curiosa, ligeramente torpe…“Inocente, Viatrix. Inocente y sin malicia.”El papel perfecto para no despertar sospechas. Pero al parecer no me está saliendo nada bien. Cuando la cena finalmente termina, Damian se ofrece a llevarme a casa, pero su mirada es tan impaciente, tan calculadora, que casi me ahoga. No tolero verlo así. —Puedo ir sola —le digo, sin ganas de escucharlo respirar un minuto más.Él me observa, pensando si discutirme o dejarlo pasar. Al final solo hace un gesto de indiferencia, como si no le importara en lo más mínimo que salga sola a la noche.Y quizá no le importa. Aunque el viejo él no permitiría que corriera esa clase de peligro. El frío de la noche se me pega a la piel cuando salgo de la mansión. Es un alivio, de algún modo. Como si el viento fuera lo ú
Leer más