Unas semanas después, regresaron a Los Ángeles. Fernando había concluido con los negocios que lo retenían lejos, y aunque las cosas seguían tensas, tenía la esperanza de que el cambio de ambiente pudiera traer algún alivio o, al menos, una oportunidad para empezar de nuevo.Durante los días más oscuros de Sofía, su amiga fue su mayor apoyo. Era la única persona que lograba arrancarle una sonrisa, aunque fuera pequeña, y también la única a quien Fernando permitía que la visitara. Eventualmente, Sofía comenzó a recuperar un poco de ánimo. No era sencillo olvidarse de Hugo ni de todo el amor que habían compartido. Seguía tan enamorada de él como el primer día, pero entendía que, de alguna forma, debía intentar seguir adelante, aunque el dolor persistiera y cada recuerdo la desgarrara por dentro.El tiempo transcurrió, y Sofía agradeció profundamente que su madre regresara con su padre. La presencia de Martha era una carga insoportable, especialmente cuando no hacía más que reprocharle. S
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