.15.
Las veces en que Fernando casi la tomó a la fuerza habían sido una experiencia aterradora, se sintió tan vulnerable, pero en realidad no la recordaba así, era algo que la llegaba a confundir mucho. Porque sus pensamientos eran muy diferentes a los que quería pensar.
Su esposo la aprisionó más entre sus brazos y ella se obligó a desviar la mirada. Era demasiado, no podía seguir sintiéndose de esa manera cada vez que a Fernando le diera la gana de ponerla en esa misma situación, no era su juego, no era su burla. Bastante tenía con lidiarlo cada día sin que lo quisiera, como para que también la obligara a hacer cosas que no quería.
—Si quieres sentirte como un jodido objeto, es tu problema. —Fernando le dijo directo y sin rodeos. Incluso su cálido aliento la hacía estremecerse, tanto que se quedó callada—. Solo te recuerdo que eres mi esposa y, si sabes lo que te conviene, aceptarás.
Sofía soltó un ligero gemido sobre sus labios cuando el agarre en su cintura se hizo un poco más fuerte.