Eva cerró la puerta de su habitación de golpe y se apoyó contra ella, intentando recuperar el aliento. Se llevó una mano al pecho, como si así pudiera contener el ritmo frenético de su corazón. El beso de Luca aún ardía en sus labios, y aunque había huido de él, sabía que huir de lo que sentía sería imposible.Se dejó caer sobre la cama, mirando el techo a través de la penumbra. El rancho estaba en silencio, pero en ese silencio podía escuchar el eco de sus pensamientos: cada discusión, cada roce, cada palabra no dicha. ¿Qué demonios estaba haciendo? Tenía una investigación peligrosa en sus manos, un caso que podría destapar una red criminal, y aun así, su mente se desviaba una y otra vez hacia Luca.Se giró de lado, apretando los ojos con fuerza, pero no logró conciliar el sueño. Lo odiaba por hacerla sentir vulnerable, por derribar muros que había levantado durante años. Y lo odiaba aún más porque sabía que lo deseaba.En la planta baja, Luca se mantenía despierto. Había intentado s
Leer más