Florencio caminaba por el despacho presidencial como un animal enjaulado.Había empezado a sospechar. Había recibido informes cruzados. Rumores. Fotografías. Videos.Uno de ellos mostraba a Mar caminando por la costa en dirección al galpón abandonado.Otro, a Elio entrando por la noche.Y luego, rastros. Pelos. Garras. Marcas de apareamiento.Todo sugería algo.Algo que él no quería ver.Pero que, en el fondo, ya sabía.—Los estoy rodeando a todos —murmuró.Y el deseo que alguna vez sintió por Selene se volvió, por un segundo, odio.🌑 🌊 🐾Esa noche, Mar volvió al galpón.Elio la esperaba desnudo, de espaldas, apoyado en una columna.—Tenés olor a Selene —dijo sin mirarla.—Estuve con ella.—¿La tocaste?—Sí.—¿Y te rechazó?—Me arañó.Elio se giró. Sus ojos eran brasas.—¿Y te gustó?Mar no respondió.—Sos una pequeña degenerada, ¿sabías?—Ella también.—No. Ella es un peligro. Y por eso la deseás.Elio caminó hacia ella. La olió. Le metió los dedos entre las piernas.—Estás húmeda
Leer más