Cuando dejé de amarte
—Señora González, los estudios confirman que padece cáncer de páncreas en fase terminal.. Si suspende el tratamiento, quizá le quede menos de un mes. ¿De verdad está dispuesta a renunciar? ¿Su esposo, el señor González, también lo acepta?
—Sí… él también estará de acuerdo.
Colgué la llamada del médico y recorrí con la mirada la casa vacía; una amargura espesa me llenó el pecho. Pensaba que era solo aquel viejo dolor de estómago… y resultó ser cáncer. Suspiré y miré la foto sobre la mesa: Ernesto González, con dieciocho años, me observaba con devoción. Aún recordaba aquel día en que los copos de nieve se asentaron en nuestro cabello y él, sonriendo, preguntó si eso ya contaba como envejecer juntos hasta las canas.