La vida tranquila de Lauren Mitchell, se ve sacudida por Kenneth Sinclair, el nieto mujeriego y déspota de su paciente millonario. Enviado para desenmascararla, Kenneth desata un torbellino de pasión prohibida, secretos familiares, y temores. ¿Podrán superar sus miedos y entregarse al amor? Inicia tu lectura y descubrelo!
Ler maisLauren.Soy producto de un amor prohibido. Un amor que incluso ha destruido los fuertes muros de una enfermedad incurable como el Alzheimer.—No tiene caso que sigas peleando por esto, Ellie —dice Will, afectado, y me da mucho más sentimiento cuando él camina hasta la línea que me apoya, dejándola a ella sola—. Todos vamos a cederle a Lauren lo que le corresponde, porque mi padre así lo quiso.Con ello, el cuerpo de Ellie casi se derrumba. Lo veo en sus ojos, cómo piensa que todo por lo que ha trabajado se va a manos de alguien que no se lo ha ganado, entiendo que ese es su punto, así que trago hondo, tomando una decisión.—No, Will… No voy a aceptar nada de esa herencia. Soy una recién llegada, y ustedes han trabajado muy duro por este legado. Yo estoy bien con ser parte de ustedes, y solo saber… Que conocí a mi padre… Y tengo un… hermano…No puedo evitar soltar el sollozo cuando Will me abraza, como jamás lo hemos hecho, mientras puedo ver el rostro desconcertado de Ellie.Como si j
Lauren.La amenaza de Christian hace que mi corazón dé un vuelco, mientras me erizo de miedo. Lo veo partir en su camioneta y la agitación crece en mi interior. De ninguna manera dejaré que le haga daño a mi hombre.El piloto se acerca a mí para cuestionar si estoy bien, y aunque tiemblo de miedo e impotencia combinada, asiento.—Necesito que hagas algo por mí, pero por favor, no le digas nada a Kenneth —le pido al hombre, el cual duda, pero luego asiente.Le pido al piloto que me lleve a Miami. Y me comunico con Boris. Lo primero que me dice es que se enteró de que rompí con Christian por Kenneth y que ahora el pelinegro anda deshaciendo todas las relaciones con los Sinclair como un niño malcriado. Le digo a Boris que todo tiene una explicación, pero que necesito un favor. Y es que sea mi apoyo para llegar a Sebastian, tomando en cuenta que si llego sola a donde está, los padres de Christian no me dejarán verlo.Y sí, sé que está todavía recuperándose de su operación, pero sé que si
Lauren.Mientras veo a Kenneth con su cuerpo exquisito aun con ropa mirándome de esa forma, mi excitación aumenta, por lo que aprieto un poco mis piernas, friccionándolas.No puedo evitar pensar en que podría hacer cualquier cosa que él me pidiera; que podría dar mi vida por él de ser necesario.Su cuerpo se hunde en la cama, y cuando pienso que va a comenzar a quitarse la ropa, me pide que me ponga de rodillas. Es extraño que me pida esto, porque sé que le gusta verme siempre que hacemos el amor, pero obedezco.Su mano choca sin mucha fuerza en mi nalga y me erizo como una necesitada. Me avergüenza que mi intimidad esté palpitando y esté tan caliente con solo unos segundos en esta posición.—Ken… —gimo suave cuando su mano grande recorre mi espalda hasta llegar de nuevo a mi otra nalga y volver a palmear. No sé qué hace pero me gusta así que gimo.Lo escucho reír, pero es una risa ronca.—¿Te gusta, preciosa?—Sí… —Pero río, nerviosa.—Mírame —ordena, y me encanta escuchar su tono de
Kenneth.Sostengo a Lauren en mis brazos en el sillón de la sala de televisión mientras vemos cómo las enfermeras se llevan a los pacientes a terapia. La señora Laura no me ha quitado la mirada de encima, y también he podido ver su nostalgia por el estado de Lauren, aunque mi chica se haga la fuerte.En cuanto perdemos a Laura de vista, Lauren se aferra más a mi pecho. Entonces sé que, con el descubrimiento en la libreta de su madre, tengo que decirle la verdad.—Cariño, mírame —le pido, y ella obedece, con esos ojos tristes. Entonces acaricio sus mejillas rosadas para confesarle: —Yo… Hace cuatro años no fui a la mansión para cuidar al abuelo… Estaba buscando una excusa para huir de Dakota y mi madre me pidió que fuera a Miami porque ella… desconfiaba de ti. Y me duele tener que decir esto, pero creo que Ellie me envió realmente porque sabía que eras hija de William, y tal vez él… Quisiera darte una parte de su herencia.Ella me mira, expectante, y entonces le cuento lo de las accion
Lauren.Llega el día sábado y aunque tengo preocupaciones encima, mi sonrisa llega mientras hago una maleta pequeña para viajar a Tennessee para ver a mi madre. Ken ha dicho que me acompañará así que le escribo apenas me siento con Kasey y Phill para desayunar, pero ella luce muy pensativa.—¿Sucede algo, Kasey?—No ha dejado de pensar cómo hacer para conseguir más aliados —responde Phill por ella.—Parece que el idiota de Christian ha sabido jugar muy bien sus cartas. En los últimos días todos los posibles aliados, de repente se han unido a él y el equipo West. Vi que anunciaron un festival para navidad, ¿tienen idea de cuantas puertas les abrirá eso?Me siento un tanto culpable por ello pues yo fui la de la idea.—Bueno… ¿Y por qué los Sinclair no hacen uno por acción de gracias?Kasey me ve como si estuviera loca.—Acción de gracias es este jueves, Lauren, en menos de una semana. Además, nunca hemos hecho algo de ese tamaño. Tardaríamos meses organizándolos.—Bueno está bien, quizá
Kenneth.Había estado pensando lo que haría con la información que había descubierto de mi madre, si enfrentarla o no, pero luego cuando todo se alineó supe que debía jugar sucio, aunque me doliera hacer algo como eso.No podía llevarla a Carolina del Norte, porque ya había consultado con Will y no tenían un lugar para ella, y mucho menos podía llevarla a Montreal, pues sería demasiado riesgoso con Dakota en la misma ciudad. Así que cuando mi madre me ve, y asiente, me quedo tranquilo.Me duele que ella no se dé la oportunidad de conocer a Lauren, así que espero que estando en la misma empresa se dé cuenta del corazón de mi pelirroja.—¿Puedo quedarme esta noche contigo?Me sorprendo por su pregunta, pero no me rehúso, es más, me alegra que así sea. He estado evitando a Dakota estos tres días, fingiendo que tengo demasiado trabajo que hacer, quedándome incluso hasta horas de la madrugada en la cama con la laptop.La segunda noche intentó tener sexo conmigo, pero al ver las marcas en m
Will lleva a su esposa a su oficina, en donde ella da un grito lleno de impotencia. No puede creer que han perdido a su mejor aliado por culpa de Lauren. Piensa que, la chica le ha dado tantos problemas, que debe encontrar la forma de alejarla para siempre de toda su familia.Su esposo la sienta sobre sus piernas, logrando calmarla un poco.—No creas que no me he dado cuenta que odias a Lauren Mitchell —dice Will, apretando su cintura con un poco más de fuerza, antes de que ella pueda escaparse—. Y no entiendo por qué. Yo soy el que debería estar molesto con Laura por meterse en el matrimonio de mis padres. No tú, Ellie. Así que dime, ¿qué fue lo que te dijo mi madre antes de morir?La mujer respira profundo, sabiendo que tarde o temprano tenía que decírselo.—Me hizo jurar que cuidaría de la fortuna Sinclair de las manos de Laura. Halley estaba segura que ella podría quedarse con casi o todo por lo que su esposo había trabajado… —confiesa, y piensa en que no se equivoca, pues William
Lauren.Kenneth me dice que debe ir a la empresa con Kasey porque sus padres van a la empresa para hablar sobre lo que sucede. Y cuando le pregunto si tiene pensado decirles la verdad, el moreno asiente.—No voy a ocultarte, no de mi familia. Ellos tienen que saber lo valiosa que eres para mí, y que haré lo que sea para terminar mi compromiso con Dakota —declara, besando mi frente, luego mis labios.No lo discuto aunque no me gusta la idea de que Ellie o Will me echen la culpa de lo que sucede, pero sé que tarde o temprano se enterarán, por la boca de Ken o la de Christian, así que lo veo partir sin decirle tampoco lo que acaba de pasar con Eiden.Cerrando la puerta de la casa de Kasey, tomo un uber que me deje en West Point Home. Luego de un recorrido lento por el tráfico en la hora pico, bajo del auto. Ni siquiera le echo un vistazo a la recepcionista, solo subo por el ascensor hasta la oficina de Eiden.Al llegar al piso respiro profundo e intento sonreírle a su secretaria. Antes de
Lauren.La alarma sigue sonando y aunque me estresa un poco, no dejo de dejarme besar por el moreno después de habernos entregado apasionadamente.Hacía años que no dormía tan bien. Hacía años que no me sentía tan segura. Y ahora lo siento, a su lado, con sus brazos rodeando mi cintura, su nariz en mi cuello, atrapando mi cuerpo también con sus piernas, desnudos.El olor a sexo vuela por los aires, y la mirada que nos damos con el calor de nuestros cuerpos friccionándose nuevamente, me hace sonreír feliz. Me duelen las mejillas, mi intimidad gracias a la fuerza explosiva de sus estocadas y mi espalda baja por ser abrazada con tanta fuerza hacia él, pero nada de eso importa. Mi corazón nada en un mar pacífico y cálido aun sabiendo que es muy probable que aparezca un tiburón o quizás una medusa lista para atacarnos y llevarnos a las profundidades del dolor.Suspiramos, viéndonos a los ojos, y me erizo cuando sus labios chocan contra mi frente.—¿Por qué llorabas ayer cuando te vimos?Exh