Tengo al hijo del cruel ceo paralitico
Louisa (Lou) ha tenido una vida que parece empeñada en verla quebrarse. La enfermedad de su madre, la muerte de su hermana y la crianza de su pequeño sobrino Edward la obligaron a ser fuerte. Con un modesto trabajo como señora de limpieza en un hotel, sobrevive día a día aferrándose a la esperanza de que todo algún día mejore, hasta que un hombre irrumpe en su puerta y lo cambia todo —a peor.
Dante Ferrari, un poderoso y temido CEO paralítico, aparece dispuesto a reclamar a su hijo para obtener una herencia que solo podrá conseguir si el niño vive bajo su techo. Lo que Dante no esperaba era enfrentarse a Louisa, la tía protectora a quien su hermana, le pidió que jamás permitiera que su hijo terminara solo en manos de su padre.
Tras fuertes amenazas en las que Dante promete destruirlo todo y una jugarreta del destino donde termina haciendo un trato con él, Louisa se ve obligada a mudarse con Edward a la gélida mansión del magnate. La casa era tan fría, o quizás más, que su propio dueño. Lo que nadie imaginaba era que la actitud extrovertida, terca y excéntrica de Louisa comenzaría a romper poco a poco las paredes del hombre que juró no volver a sentir.
Entre secretos, heridas y una atracción imposible, ambos deberán decidir si lo hacen todo por el bien de Edward o si están destinados a amarse, aun cuando ambos juraron no volver a amar.