El desafío
Prólogo
Alondra era una joven mujer de tierra firme, valiente y trabajadora. Desde muy joven aprendió que la vida en el campo no perdona la debilidad. Cuando su hermano enfermó y su padre ya no pudo más con el peso de la hacienda, ella tomó las riendas sin titubear. Con las manos curtidas y el corazón endurecido por las pérdidas, enfrentó peligros, sequías, traiciones… y el silencio de una tierra que solo responde a quienes la aman de verdad.
La hacienda “La Esperanza” fue su refugio y su guerra. No creía en promesas ni en palabras bonitas. La vida le había enseñado a desconfiar.
Hasta que un día llegó Carlos, un elegante ingeniero venido de la gran ciudad, con papeles en la mano y una reclamación inesperada: la mitad de todo aquello que Alondra había protegido con su alma.
Pero el verdadero desafío no fue el litigio ni la tierra dividida. Lo fue él.
Carlos también vino a reclamar su corazón, y con su mirada firme y su pasado oculto, hizo tambalear la fortaleza que Alondra había construido a su alrededor.
Entre el rencor por el nuevo dueño y las heridas de un pasado que no terminaba de cerrar, Alondra se vio de pronto atrapada en una batalla inesperada. No solo debía luchar por su hogar…
sino por no perderse a sí misma en los ojos de un hombre que, sin quererlo, empezó a desarmarla.
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