Después de la destrucción de Delta azul, ambos hermanos se sometieron a una recuperación, pero sus pensamientos, recuerdos y preocupaciones, marcaban un contraste poderoso.
Elías, como niño pequeño, reflexionaba por todo lo que había pasado, y Sienna, empezó a recordar fragmentos perdidos de su linaje…
Y sentía como si algo o alguien lo observaba desde la sombra.
Después de los gritos, explosiones y tortura, y a la vez ver a su hermana iluminada como un sol en medio de un infierno ahora, Elías estaba un poco más tranquilo. Observó su reflejo en el vidrio opaco del cuarto médico, donde lo mantenían en vigilancia. Los vendajes en su brazo izquierdo estaban manchados de un leve tono rojo. Su ojo derecho aún estaba inflamado, pero no era eso lo que le dolía.
Era adentro, en el fondo de su cuerpo. Elías recordaba las veces que quiso creer que estaba solo. Que nadie vendría por él. Que Zoe había sido su única red. Hasta que su querida hermana apareció.
Isabella, su única hermana. La mu